miércoles, 22 de mayo de 2019

Un desconocido

Mi amigo es un desconocido,
uno ser de esos que aparecen
cuando se abandona todo.
Nunca antes lo había visto,
a veces es torpe, rebelde,
y por momentos algo grosero.
Cansa la monotonía de su voz
o cuando permanece inmóvil
sin querer pronunciar mi nombre.
Extiende la mano reclamando
un momento de tranquilidad
con la ambigüedad de una nube,
justo cuando es la inquietud
la que me carcome por dentro.
Mi amigo anhela armonías,
disfrutar fugacidades y la posibilidad
de ser de nuevo promesa
de una necesidad que se intuye,
y se niega a comprender
que apenas solo soy de carne,
con llagas abiertas que no cierran,
que sigo adelante con muñones
de lo que alguna vez fueron ilusiones.
Se lo digo y su carcajada atina,
indolente, a adormecer mis arrugas.
Embriagado de sonrisas rompe el aire
y me empuja hasta donde se vence
el mortal delirio de la tristeza.



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