lunes, 17 de junio de 2019

Tras el cristal


Desde su ventana, mira la mujer
de la calle los reflejos infieles,
mientras que el silencio resbala
lento, entre los ruidos inmóviles,
dilatandose sobre carnes vencidas.
Brazos y espaldas encauzan
testimonios de decaídos transeúntes,
mientras la pereza encalla en los labios,
 voluptuosos y evasivos, del tedio.
La tarde, aburrida, se gasta en entretener
la sed de horizonte y noticias
del cuerpo que nunca llega a cansarse
de ese tránsito de lugares comunes
que desfilan, desleales, tras el cristal
que bosteza seres y rostros fingidos.

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