Hay momentos en que me siento
hurgador de letras muertas,
alquimista de consonantes,
carpintero de vocales,
constructor de palabras sueltas
que solas se arman en papel.
Y hay momentos en que solo me veo
equilibrista de mis pensamientos,
sin poder volcar en la pluma
frase alguna que refleje
la tumultuosa volatilidad
de mis alocados sentimientos.
Y hay momentos en que me basta
pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Para ver
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jueves, 5 de mayo de 2011
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Prisionero del engaño
alguien retro activa
colectivas imaginaciones.
Una historia de huellas
hacia el sin fruto
de esos detalles
con sabor a nada
que mi cerebro traduce
como publicidad.
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