La resurrección del otoño
es una condena a pensarte,
y estar, en tu secreto recuerdo.
Buscar el camino directo
al tiempo de la noche primitiva,
crepúsculo de amores y azares.
A tenerte y no, hasta ser en ti
río de vida y nada más.
Apenas una hoja mientras duermes.
Razones por las cuales es extraño
el tiempo de la primavera
en el instante en que no estás.
En fin, no son más que sensaciones
como respuesta de este mundo
inundado de tu ausencia.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
La ausencia, amigo es la mayor presencia que queda después del amor...Buenas letras que marcan sensaciones de vacío. Muy logrado...any
ResponderEliminarSensasiones que no son más que la búsqueda del íntimo espacio... en donde se recrean los secretos de los amantes. No crees? Quizá una ausencia más presente que nunca, en lo abstracto radican muchas cosas. Saludos.
ResponderEliminarSensaciones grises de otoño que no permitan primaveras...Lindo...Any
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