miércoles, 20 de julio de 2016

Descubrir

  Perderme de  ti, extraviarme de nuevo,
como vendaval brusco y mudo de viento,
del cuerpo a la lengua, y regresar al cuerpo
con una  lengua más simple y gustosa,
en la oscuridad y con la elegancia de un cisne,
y mirar tus ojos que están limpios de nuevo,
fieles como el paso de una  nube blanca
sobre una mullida almohada blanca.
Confortablemente  pasar toda  la noche
dándonos palmaditas en la espalda y tal vez algo mas,
hasta reencontrarme  cobijado bajo tu  otra mejilla
y disfrutar de la verdad oculta de tu piel,
colocando el cuerpo en una posición propicia
para oír cómo se agitan los latidos de tu corazón,
y descubrir que he estado en ti, sin perderme,
desde el principio de los tiempos.


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