Los restos del naufragio
Del navío llamado Amor
Que el tiempo acompañó
Por distintos huracanes
Hoy yacen desolados
Entre los pliegues húmedos
de sabanas de arenas
y sueños de aventuras.
Bravío en mil tormentas,
Que en los años lo acosaron,
Sucumbió en la suave brisa
En el encanto fugaz,
Transitorio y escaso,
De un istmo franco
Que desmanteló sus ímpetus
Durante tanto tiempo acumulados.
La proa hundida en tierra,
Esconde la vergüenza,
Que oculta su altivez derrotada.
Desparramados leños,
De lo que fuera ostentosa
Y fuerte arboladura,
Escapan a los esfuerzos,
De reconstruir lo destruido,
Mecidos por inquietantes olas,
Mellados por constantes vientos,
De caminos transitados,
Imposibles de desandar
Por mas que el esfuerzo vano
Intente reconstruir hoy,
Lo que la impericia en la conducta
Destruyo, lamentablemente ayer.
Tal vez, bogando quede,
Solo un chinchorro,
Débil señal de salvamento
Que busque sobrevivientes
En las salobres olas,
Cual lágrimas acumuladas,
O en los ásperos acantilados,
Murallas inaccesibles
Que impiden todo regreso
A lo que otrora fuera
La serena tierra firme.
No fue mas que en una tarde,
Y muy a las apuradas,
Que pude observar la nave
Que llevaba “Amor”
Por todo nombre.
Breve y fugaz contacto,
En que ni siquiera
Pude rozar la tela
Del velamen que cubría
Sus encerrados secretos.
Hoy, en mis alucinados desvaríos
Imagino que hubiera sido
El naufragar en su seno,
Y quedar, por siempre,
En sus arenas esparcido.
El navio llamado Amor, sigue emanando suspiros a la brisa del mar
ResponderEliminarentre el palo mayor y la vela atada a las vergas. El viento sigue besando la quilla aún que esté sumergido.
Un besiño desde Galicia,
Rosa María