lunes, 27 de mayo de 2019

Entre las ramas

Sensitiva la mirada
se deshabita de pájaros nocturnos,
quimérica avanza
por dentro del inanimado silencio.
Crece con sordo sonido
el fruto de un confuso y nuevo día.
Sucede el desborde
de una luz, larga y difícil, que atropella
la divina pereza
que los cuerpos cobijan dentro del lecho.
Indiferente, terco,
entre las ramas de algún árbol despuntado,
ensaya su melodía
un zorzal untado con verdín de cobre.
El cuarto se invade
de pensamientos ingenuamente sencillos,
milagro que perdura
hasta que el trasluz, entre curvo y recto, me regala
el desnudo de tu cuerpo
dibujando su silueta, abandonando la cama.



Ilustración: "Entre las ramas" - Beatriz Elorza

domingo, 26 de mayo de 2019

Otras noches



Hubo también otras noches

en que las huellas de aquel cuerpo

jugaban a destrozar inquietudes.

Claro que sin el brillo y sin el azul

que aquel cuerpo dejaba

con sabor a caramelo y aguamiel.

Ahora las cosas no tienen ese sabor,

pendientes de un hilo

aún perduran las vendimias de sabidurías,

derramadas como tentaciones

en el aire plagado de tóxica humedad.

Flota la carne, ya no tan nueva,

en la gelatina roja de los arrepentimientos.

Unos ojos distintos miran las tímidas huellas

que aún quedan. Impasibles,

se incendian los días en la lenta lengua

con la que nos lame el tiempo,

el deseo blanco se ausentó del lecho,

el olvido va talando lo poco que queda

de aquel cuerpo en otras noches.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Un desconocido

Mi amigo es un desconocido,
uno ser de esos que aparecen
cuando se abandona todo.
Nunca antes lo había visto,
a veces es torpe, rebelde,
y por momentos algo grosero.
Cansa la monotonía de su voz
o cuando permanece inmóvil
sin querer pronunciar mi nombre.
Extiende la mano reclamando
un momento de tranquilidad
con la ambigüedad de una nube,
justo cuando es la inquietud
la que me carcome por dentro.
Mi amigo anhela armonías,
disfrutar fugacidades y la posibilidad
de ser de nuevo promesa
de una necesidad que se intuye,
y se niega a comprender
que apenas solo soy de carne,
con llagas abiertas que no cierran,
que sigo adelante con muñones
de lo que alguna vez fueron ilusiones.
Se lo digo y su carcajada atina,
indolente, a adormecer mis arrugas.
Embriagado de sonrisas rompe el aire
y me empuja hasta donde se vence
el mortal delirio de la tristeza.



martes, 21 de mayo de 2019

Como si nada fueran


Como si nada fueran, guardo de ti
muchas cosas invisibles que se empeñan
en alumbrar el comienzo de las horas.
Aún en la distancia sobrevives
como el sonido de una suave letanía.
El perfume de tu piel sobrevive
como si lo respirara por primera vez,
guardo tus salvajes aromas de selva
refrescando el aire de los abrazos
primerizos, oyéndonos en silencio.
Tengo tallada tu imagen en mis manos
y en cada cosa que perciben mis ojos.
 En este espacio habrá una voz que
será la tuya, con su lenguaje de murmullos.
Donde me encuentre me acompañan
tus labios devorando un resto de algo
que inventas escondido sobre mi cuerpo.
Deambulo como si estuviera caminado contigo,
te converso y confieso mis temores
en la fragilidad del alba o en el gris suplicante
que invade el cuarto cuando cierro las persianas,
o ante ese vacío profano que siente mi piel,
hecha añicos sin el roce mágico de tu tacto.
Tu ausencia es presencia abierta en pedazos,
fundiéndose en la bendición del roce de las sábanas.
No hay nada ni nadie aquí y, sin embargo,
la blancura de tu cuerpo viene caminando
por los senderos donde mi pulso te mantiene.

lunes, 20 de mayo de 2019

Otra orilla

Lo lejano, como una dama en la sombra,
deambula de oscuridad en oscuridad,
como un entretenimiento tardío y profundo
que se escurre de una mano a otra mano,
ocultando al ojo, todo encuentro o salida.
Lo que allí creemos que está vigente,
vive en oleajes de una mar errabunda,
deriva desnudo en lo más oscuro de lo oscuro.
Desollador de encuentros, nos tiene en ascuas
en la cuenca ignota de su río profundo,
nos sumerge en la tibia esperanza del logro
una y otra vez, con el canto sinuoso de lo posible.
Con llamas vigilantes queremos acercarnos,
más lo lejano no se asomará a nuestro encuentro,
saldrá ganando en su ir un paso adelante,
saltando gozoso de umbral en umbral.
Sin embargo, su ida nos hace caminar presurosos,
paso tras paso, abandonando cauces de arenas
y así, avanzamos radiantes hacia la otra orilla
de ese extravío, que significa la ciega oscuridad.



domingo, 19 de mayo de 2019

Cosas simples


Atreverse en un momento
a la aventura de la vida,
someterse a toda prueba.
Recrearse en la libertad,
en la estación de los amores,
sin rencor vivir la vida,
escuchar las hierbas,
la risa que nos regala
el espejo en un relámpago.
En voz alta poder tender lazos
y callados guardar secretos
 detrás de las sonrisas.
Cosas simples, sencillas,
que descubren ventanas
o encienden fuegos ardientes
que ahuyenten noche
y la miseria de sentirnos
prisioneros de nosotros mismos.   

viernes, 17 de mayo de 2019

Blando y sonoro

Un crepúsculo rosa crece
con un aire de antaño.
Vagamente palpitan, tenues,
los perfumes de ella.
Me acaricia una dulce canción
donde el otoñal violín desgaja
la evasión del tiempo.
Se enfría un té humeante,
aguardando mil demoras.
Las huellas errantes
se disuelven cual terrón de azúcar.
Blando y sonoro el recuerdo
es un eco de voces que se fueron.
En este atardecer
la luz apenas brilla.



lunes, 13 de mayo de 2019

Al menos, eso dijiste


No te detengas nunca,
tú me elegiste.
No puedes detenerte ahora,
tu libertad no puede
hacerse la distraída.
No puedo ir así, buscándote
por detrás de las gentes
para no separarme de ti,
ni seguir dando vueltas y vueltas,
esclavo de tus caprichos.
Te quiero ahora,
desde fuera y por arriba,
soñándome un sueño,
y no un quererse quieto, apagado,
sino un querer en busca del fondo.
Que para eso tú me elegiste,
tan desprendidamente
que no sé por qué, ni cuando,
ni cómo, pero me elegiste,
sin reservar dulzuras,
o al menos, eso dijiste.

Metal y sombras

El rito del goce quemará
la piel de dos cuerpos
en suave delicia devastados.
Estéril es la palabra
en ese sorbo de nada,
en esos encendidos labios,
arrebatados por la corriente
que abarca la latitud del deseo.
Sólo figuras inciertas
bajo un telón de sedas transpiradas,
figuras con disfraz desnudo
que incitan lascivas la mirada
que sigue después del amor,
o esa experiencia del silencio
donde a veces reverbera
el nombre de jardines secretos
o un jazmín disuelto en sombras.
Metal y sombras que habitan
una tarde perlada de cansancio.



domingo, 12 de mayo de 2019

Hoy, quizás....


En su andar hay una lujuria intermitente,
ese ir de un lado al otro, como campanas
que agitan el cuerpo geométrico de carne,
lo aviva, lo dirige, lo realza a cada paso dado.
Promete una profunda fuerza, un tumulto,
quizás una virtud atesorada en el silencio.
Hay, en su caminar, una voluptuosa inercia
envuelta en dignidad meramente burguesa.
Camina dejando señales difíciles, turbando
los ojos que se vuelven y se hacen preguntas
sobre su velada manera de llevar la desnudez.
Su deambular de espaldas señala claramente
que no invita a pecadores de poco juicio.
Hoy, quizás, solo esté enamorada de sí misma.

A cara o cruz

En oleadas, en un lento batir de alas,
en el instante en que todo calla,
en medio de una ciudad dormida,
mientras en las esquinas expiran
los astros, vocaliza una voz sorda.
Etéreo pájaro que rompe el silencio.
¿Dónde está?, nadie lo sabe. Nadie.
Quizás, solo sea el eco de otra voz
deambulando por encima de nosotros.
Todos los ruidos, sin excepción, callan
en esta ciudad que está siempre igual,
errando entre la sombra y en el viento.
Se pierde en la cabeza de los árboles
y el sueño juega otra vez a cara o cruz.



sábado, 11 de mayo de 2019

No se donde


A lo lejos, girando en rebeldía,
corre un río que comienza en ti.
Allí mi cuerpo recupera sus partes,
remonto el camino de mi vida.
Tu sombra comienza a vestirme
y se rompe la noche en hondos jadeos,
en silencio, susurros espesan la miel
de ansiar tus pasos y vivir tus palabras.
El olor de tu cuerpo en mi cuerpo
dice que me estás respirando. No sé dónde,
pero tiene los aromas de la dicha.

viernes, 10 de mayo de 2019

Peor sería

No es el tiempo el que plancha las arrugas,
ni teje un horizonte en blanco y negro.
Solo arrastra la piel, papeles que vuelan
y las hojas de los días que echan a volar.
Su paso tímido tracciona sin desobedecer,
¿dónde van sus pasos cuando se alejan?
Tal vez recorran campo traviesa, bosques,
soles, lluvias o desvencijados diarios de ayer.
No sé. Tampoco importa mucho. Ya fue.
El tiempo que se ha ido ya fue. Lo perdimos,
o tal vez lo hemos ganado en esas arrugas
que encontramos cara a cara en las mañanas,
como un algo contra lo que no se puede luchar.
¿Y para que hacerlo? Peor sería que el tiempo,
agotado, ya en nosotros no deje ninguna huella.



jueves, 9 de mayo de 2019

En la orilla


En la orilla de un secreto,
caben, a lo sumo, solo dos.
De allí ya nada hay seguro.

Seguirán allí

Tercas son sus manos aún en la ausencia.
La piel percibe el trazo incompleto que viaja
por este navío que, solitario, sangra nostalgias.
Como otros días, lo aterido y yerto cobra vida,
aun a través de la escarcha y las neblinas
que el tiempo deja como rastro de su paso.
Pero tus manos, ¡Ah! ¡tus manos! parece que
cansadas de no verme, derraman aromas
y armonía por ignotas y revueltas marejadas
que hasta mi llegan entre el azul de los sueños
y logran estremecer el contorno del cuerpo.
En algún momento el invierno encenderá su sonido,
pero tus manos seguirán allí, trayendo primaveras.



martes, 7 de mayo de 2019

Una y otra


Muchas veces la lluvia nada dice,
abandonada e ignorada se deja caer
en regalo de desidia e insolencia.
Terca, cae del cielo cual suaves pétalos,
nueva e inmortal persiste, obsesionada,
en ser eterna como el tiempo fugaz.
Ambiciona continuar desde siempre
y para un infinito siempre que acaba,
porque no es más durable que sus letras.
Otras veces, su caída se vuelve un diálogo,
las paredes la escuchan y repiquetean
la música de su persistente sonido.
Se cierran ventanas y se oculta el sol
tras el alboroto de esas tibias lentejuelas
que rompen la copa del silencio, sin mesura
atrona infatigable los techos y las cumbres,
martillando como una ruda verdad amarga,
avisando a quien la oye que la vida es larga.
Sus sonidos, mimos gastados, suspiros viejos,
tienen color de relámpago y ronquera de trueno.
Una y otra nos citan para el día siguiente,
a que se desamontonen las nubes de los ojos.

lunes, 6 de mayo de 2019

Las formas

Las formas, arrogantes y ariscas,
entre silencios locuaces y vacíos,
van ocupando un lugar en la noche.
Algunas desplomadas por el suelo,
otras en fugitivas delicias raptadas.
Transparentes aquellas, latiendo
Misterios. Las que algo dicen de mí
descubren historias melancólicas,
otras, con sabor a goma de mascar.
Yo las sigo desde muy adentro mío,
si bien hay lenguas que no escucho.
Desconozco si su sabor es alucinante
o solo son un fenómeno atmosférico.
Su aliento tiene olor de sombra virgen,
nostalgioso y amargo, apenas un vaho.
Las distingo brillando independientes,
dejándome en la tez un roce imaginario
hurgan secretos yacentes en mis sueños.
Así acosan desde la profunda oscuridad,
pero apenas una luz asoma, veo que solo
son, iluminados, pobres y viles artefactos.



domingo, 5 de mayo de 2019

Una tarde


Una tarde, aún lo recuerdo, se silenció mi voz,
quedé sin palabras, mis ojos se perdieron
en el abismo que, en silencio, ofreció tu cuerpo.
Hasta la ausencia se colmó del aroma de tu piel.
Fui pájaro viajando en tu mirada, transeúnte
de la blanca llanura de tu vientre. Bárbaro
en la frontera móvil de tus caderas. Ávido tirano
imponiéndote mi ansiedades y sumiso esclavo
de los instintos hambrientos que mordían mi sal.
Esa tarde, las caricias anchas y densas, me colonizaron,
dejé de ser un extranjero en tus dominios
y adopté las costumbres voluptuosas de tu gobierno.
Hoy, me instalo frente a ti sin que exista tierra oculta
entre nosotros y juntos somos peregrinos
del horizonte en la absoluta densidad del cielo.