martes, 26 de julio de 2022

Exiliado de mi mismo


 Cansado del viento y sus trucos,

trabajo en una historia de brisas,

de invisibles peces y de símbolos,

ausente en un viaje de catálogos.

Me presento tal como soy: humano,

para quien ambicione conocerme,

y a la vez confusión y transparencia

para los que disgustan el tratarme.

Completa erupción de plenos vacíos,

cargando un andamiaje de verbales

reliquias y volátiles penas taciturnas.

Soy un árbol de raigón profundo,

que culmina en alas palpitantes

y florece en versículos invasores,

esperando la poda o tal vez la tala

que arranque el moho usurpador

que opaca la memoria tempestuosa.

Mientras tanto y hasta que se dicte

el veredicto, exiliado de mí mismo

la faena es durar en el crudo invierno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario