sábado, 30 de enero de 2016

Acerca de las malas palabras



Avocado a leer los diarios en la mañana del hoy, me entero de que una periodista bloquea en twitter (es re constructor de idiomas) a quienes le envían “malas palabras”.
Me quedó dando vuelta eso de “malas palabras”. ¿Cuándo las palabras son malas”?
“Malas” es un adjetivo derivado de Mal: o sea, aquello que resulta lo contrario al bien, lo que se aparta de lo lícito y honesto, según la RAE.
¿Pueden las palabras ser lo contrario al bien? ¿lo que se aparta de lo lícito y honesto? El bien, lo lícito, lo honesto son categorías morales y por ende, variables en el espacio y en el tiempo. Lo que aquí es, acullá no; lo hoy es,  mañana puede dejar de serlo.
Siendo esto así, las “malas palabras” solo serían “malas” en un aquí y ahora, determinado, pudiendo no serlo en otro aquí y ahora o un allá y mañana. Es decir, no habría una universalización de palabras “malas”, como si hay, por ejemplo, una universalización de la maldad intrínseca en el incesto, por poner un ejemplo.
Por lo tanto, estimo que lo correcto sería hablar de “palabras no aceptadas socialmente” cuando intentamos referirnos a aquellas unidades lingüísticas dotadas de significado separadas de otras por pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura (esto también lo tomé de la RAE).
No es que pretenda erigirme en  un purista de la lengua, pero me parece que debiéramos todos, o por lo menos aquellos que pretenden saber usar el idioma, esmerarnos en calificar las cosas como verdaderamente son, porque, de hecho y hasta el día de la fecha ninguna palabra me ha abofeteado, ni robado, ni agredido, y si lo han hecho o pretendido hacer, quienes han hecho uso de determinadas palabras, esas inocentes unidades lingüísticas que más de una vez aporreamos innecesariamente. 

Alto riesgo

Clava sus agujas el tiempo
mientras voy armando tu recuerdo.
una agonía de actos usuales
que encierran el alto riesgo
de recomenzar a extrañarte.
Como una gota que se desliza
pendiente abajo, imparable,
se abren los candados
que encierran sentires presentes,
en esa confusa liviandad de tu evocación.
Transito las calles de caricias
que se esconden
en el aroma del café con anís,
que bebo
alucinando tú presencia.
Me gustaría saber
cómo te sientes  y donde estas,
tan solo como excusa para contarte
que sigo aquí,
con mis rituales sabatinos
de continuar extrañándote
en el vacio de cada cosa.
Esas que guardan un poquito
de lo mucho que has dejado.


Sumun


Lograr imágenes para sentir pensando
es el sumun que ambiciona todo artista.

Fábula de alguna espalda

Gozar de un mar calmo y sin olas,
pájaros navegantes buscando el horizonte,
un barco de papel anclado en el futuro,
el rompecabezas de un archipiélago,
el dulzor de las algas impregnando el aire.
Escuchar la canción de un desconocido
dibujando la comunión de unas manos
en la fábula de alguna espalda,
de rodillas contemplar como la hierba crece,
alcanzar tu  cuerpo en los bajamares
bajo un cielo de rojo amanecer,
gozar del maná y la ambrosía de tus labios,
es inventarme un poema para mi mismo
y disfrutarlo.


Imagnario insomnio


Recuerdo, vívido y excitado, todo lo que hablamos ayer,
esa charla sobre la belleza y la certeza de no hallarla.
Profundizando acerca de la vida y otras elaboraciones,
de donde somos y hacia donde, de ahora en adelante,
tejeríamos el destino con un nuevo y simple lenguaje.
Solo dijiste “descansa que yo me encargo del resto”.
Cruce el portón de las quimeras y se abrió el abismo,
una bulla alejándome de la resurrección disipó la nada,
aun no sé si mis ánimos vivieron en aquel lugar siempre,
o si partieron caminando a tu lado como si fuese un niño.
Era solo esencia humana hurgando en espacios desérticos,
con existencias que flotaban solitarias e incomprendidas.
Viviendo un imaginario insomnio en la noche inmensa.
Lo único que quedaba era solo esa triste oscuridad sin ti.
Hereje de mis creencias retorné de ese espacio paralelo
desterrando tintes de irrealidad, y allí, aun estabas tú,
a las cuatro y diez diciendo “estas cosas nunca pasan”.

miércoles, 27 de enero de 2016

Asuntos pendientes

A veces nos quedan asuntos pendientes.
Interesante sería que antes de continuar
no alcemos una enciclopedia eterna de ellos.


martes, 26 de enero de 2016

Siempre sobran


Con el transcurrir de los años, cambian las aventuras.
Ya no queremos arriesgarnos a nadar en el rompeolas,
ni exponer nuestro sistema nervioso a una sobredosis
de paroxismo, escalando un encadenamiento Antártico.
Mucho menos sufrir el silencio heroico de un relámpago
                      y no es que tengamos la esperanza ágilmente envejecida                     ,
solo que cambiamos la definición de lo que son correrías,
matando el aburrimiento sin comprometer tanto el pellejo.
El hechizo de una noche, una charla, unos ojos, unos labios
pueden tener tanta adrenalina como un salto en paracaídas,
y ni que hablar de descubrir el dulce misterio que se encierra,
secreto, en la encendida caricia que se despierta con el deseo.
En lo efímero de la vida la peligrosa seducción de riesgo,
y de saber lo que con él se siente, no se extingue nunca.
Motivos y razones siempre sobran para vivirlo de otra manera.

Aviso



Compro agua de rosas
que encierre delicada
tú embriagadora esencia,
y me cuente los secretos
más antiguos y excitantes
que se sepan de tu belleza.
Pago al contado con besos

lunes, 25 de enero de 2016

Tal vez solo un hombro

Subsisto volando alto, en viajes inolvidables,
siempre disfrutando susurros del corazón.
Quisiera ser poeta, apenas soy escribidor,
sin mucha sabiduría. Mi vida es una marea
con una Be larga, de bueno, en minúscula.
Sé que vivir es bello, sobre todo esta vida mía,
y aunque en ocasiones hube muerto en soledad
probando el amargo del ruin desengaño,
reaparecí invisible en las hojas de un cuento,
transitando el barrio con el alma  en un vals.
Y aquí me estoy estando, una ausencia presente,
tal vez tan solo un hombro donde poder llorar. 


domingo, 24 de enero de 2016

Dudas y preguntas



A quien corresponda pregunto:
¿Cómo se puede amar
cuando los sentimientos vuelan?
¿Resulta dañino el acoso visual
en un amor a primera vista?
¿Tiene precio el sentimiento de pérdida?
¿Para lograr la primera vez,
hay que ejercitar la insistencia?
¿Quién da más frutos:
las palabras o los suaves gestos?
¿Dónde se estampa la rúbrica del amor?
Impaciente aguardo respuestas,
pero dejo una advertencia:
me acosan otras dudas y preguntas
aquí adentro mío.

La rebanada de pan

La casa no era modesta, quizás se podría decir humilde, pero no modesta. No le faltaba nada de lo poco que tenía, tal vez lo mínimo, pero si suficiente como para vivir cómodo en ella.
Jacinto, cabeza de familia y padre de tres hijos, dos varones y una nena, la del medio, era laborioso y ahorrativo, posiblemente mas ahorrativo de lo que uno pudiera haber deseado, pero su obsesión era el mañana.
Si unas medias, por demasiado viejas, ya merecían ser tiradas, el siempre preguntaba: “¿Y qué te pondrás mañana?”, pregunta que se repetía ante cada ruego o pedido que implicara un “algo mas”: otro plato de sopa… ¿Y qué comerás mañana?... una hora más de televisión…. ¿Y qué verás mañana?
Gracias a esa muletilla, inacabable frase que frustraba todos los deseos, Jacinto ahorraba moneda sobre moneda. Y lo que ahorraba en dineros, lo malgastaba en cariños y ternuras.
Aún así, pudo llevar adelante su hogar, no digamos que con privaciones, sino más bien con lo justo. Ni una miga más, ni una pizca que se desperdicie, todo sea por lo que pudiera suceder mañana.
Y ese mañana, que nunca se desea que llegue, final e inesperadamente, un día se muestra y dice, de insospechada manera, aquí estoy. Tal vez no se presente como fue imaginado, con catástrofes y hambrunas para las que, como Jacinto, uno pacientemente se pertrechó de fondos suficientes.
El mañana del buen y agarrado Jacinto, hizo su presencia golpeándolo donde no esperaba ser golpeado.
Todo sucedió en una cena, los cinco miembros de la familia ocupando cada uno su lugar, asignado aun antes de que nacieran: Jacinto en una cabecera, a su derecha la mujer, que de tan sumisa ni el nombre se recuerda, al lado de esta, la hija, que iba transitando por el mismo camino que su madre en cuanto a sumisión se refiere.
A la izquierda de Jacinto, el niño menor, demasiado párvulo para opinar o decir nada. En la otra cabecera, el Saturnino, primogénito y orgullo del Jacinto, pues ya sus anchos hombros y sus brazos fuertes ayudaban al ingreso monetario de la familia.
Sobre la mesa, los respectivos platos, los cacharros de metal que oficiaban de vasos (y en otras oportunidades de tazas), los cubiertos, una olla con el mismo potaje de todos los días, garbanzos cosechados en la casa, algunas papas también de la propia quinta, un trozo de carne no mayor a un puño que religiosamente se dividía en cinco porciones iguales, caldo, mucho caldo, porque el agua no faltaba y una hogaza de pan que en la mañana de ayer se había cocinado.
Servidos por la madre los respectivos platos, y luego que Jacinto agradeciera con su eterna letanía: ”Gracias Dios por lo que hoy nos das y no nos descuides en el mañana”, el silencio solo es roto por algún que otro ruido que se siente al sorber el caldo.
Saturnino, desde su cabecera, pide a su padre una rebanada de pan.
-          “Toma esta tajada hijo, que por ella me veras”
-          “Démela bien gorda padre, aunque nunca lo vea mas”



Claramente


Si miras y sonríes, florece
el amor en la noche,
encuentra mi alquimia
al fin su piedra filosofal,
se acaban de una vez,
y para siempre,
las preguntas sin responder.
Brindan las ilusiones
porque nuestra distancia
se acorta a lo finito
de querer seguir queriendo,
sin que pueda, vacío alguno,
encontrar ningún resquicio
en esas mañanas donde,
claramente, miras y sonríes.


sábado, 23 de enero de 2016

Si me lo pides

Por ti enfrentaré a los dioses de las esquinas,
o cinco siglos de aguaceros sin de zapatos.
Enterraré bajo tierra mi locura de alas quebradas,
dormitaré desnudo entre la calma y la tormenta.
Escribiré crónicas sobre los espacios inmaculados.
Si me lo pides, hasta soy capaz de no equivocarme
al contar grano por grano de tus pies toda la arena.
Solo quiero que tu dedo índice, en una danza sensual,
me señale como el primero los hombres de tu vida,
o mejor aún, que tu lengua me murmure de pasada
que por más que el tiempo pase siempre seré el último
de los personajes que de ella quisieras ver partir.


viernes, 22 de enero de 2016

Un nombre


Te encontré enfrentando a los vientos del olvido,
en la mirada reseca de una dulce evocación.
Tu presencia ahuyentó el gris de mi destierro interior,
olvidando que jamás debía volver a enamorarme
Aterido de pasiones sucumbí frente a tus ojos
y en la habilidosa ternura de tu  luz y tu alegría.
Ahora busco un nombre con el cual nombrarte,
con el cual llamarte y pedirte que camines conmigo,
un nombre que ponga notas musicales al silencio
y que siempre te nombre en un nosotros perdurable.
Que se adueñe de mis pensamientos y mis palabras
en ese misterio lluvioso que siempre te trae de regreso.

Ilustración: "s/n" Eduard Gordeev 

Tiempo sin ti

¿Qué es lo casi nada que puedo escribir
imaginando tu boca acentuando mis instintos?
Antes que un lápiz y un papel únicamente veo
las silueta de dos cuerpos haciendo el amor
y violentamente sigo esos activos sueños,
que siendo solo para adultos, me inundan
cada día desde la mañana hasta el ocaso.
Imposible así escribir en este tiempo sin ti,
solo me queda el poder esperar paciente
que apures por tu mar ese anhelado regreso,
que se ausenten los segundos incoherentes,
que acabe esta rutina de sentir sin tiempo
y que vuelvan las musas a ser mis amantes.


miércoles, 20 de enero de 2016

Abracadabra


Te explico amiga, solo quiero
poder amarte, aun desde lejos,
viviendo en esos tibios amores
que vienen y rápido no se van,
que llegan de algún universo
en fuga de viejas confusiones
tirando de una hosca pasión,
entre un pasado temporal
y el mágico  abracadabra
de un novedoso presente.
Bésame borrando los ayeres,
gocemos la ducha del amor,
y su feliz descubrimiento,
y sigamos por este sendero
que todo lo demás es nada
solo un puro no llegar.

domingo, 17 de enero de 2016

Pequeñas intimidades

La realidad de la tarde
se consume lentamente
en melodías de fuego.
Un gato duerme porfías
a la sombra de una flor.
Enero, cautivo del sol.
se doblega infecundo
incumpliendo sueños.
Pequeñas intimidades
que el delirio del calor
abrasa sin alguna lógica
en el retroceso del día.


sábado, 16 de enero de 2016

Un momento y nada mas


Una taza de café, un momento y nada más.
El viento es un simple adiós que pasa raudo,
la noche una boca que se cierra algo lejos.
Un viajero busca un paraíso o un nuevo amor,
le da igual, solo es un mal cuento sin contar,
un trueno con pretensiones de ser soneto.
Recitando un infantil soliloquio monocorde
sobre las mujeres que se van sin regresar,
habla de pasos lejanos y guiña para alguien,
alguien que ya no está, si alguna vez estuvo.
No tienen réplica sus repetidos interrogantes,
en la oscuridad todo es tiempo de simplezas.
Las luces ensayan trucos entre las sombras.
Con el café ya frío, ojea un anuario sin nada,
poblado de cosas que deben ser calladas.
alguien amó y alguien se olvidó de poder amar.
Aunque el tiempo pase, a veces así es la vida.

Ilustración: "El hombre que esta solo y espera" (detalle) - Alberto Breccia

viernes, 15 de enero de 2016

Policromatico

Voy a esperarte pintado de azul,
sentado en una esquina rosada,
escribiendo en un cuaderno verde
cuando el crepúsculo se tornasole
una tarde aromada de dulces naranjas.
Pintare una postal urbana en sepia
viendo transitar hormiguitas negras.
Madurare la espera con tonos grises
para vivir el mundo solo en amarillo.


Ilustración: "Splash policromatico" - J. Coll

Despedidas


Las despedidas son una forma de morir.
Dejar algo o a alguien es un breve sacrificio.
Un canibalismo sobre una parte  de nosotros
en esa mínima porción que dejamos atrás.
Quizás volvamos a extrañarlo algún día.
o jamás en nuestros tiempos lo memoremos.
Será un ser puntual ajeno a nuestro entorno
desde el momento que inicie a ser ausencia,
quedara como un dolor mínimo, si es que queda,
o como un desgarro que entonces lloraremos.

jueves, 14 de enero de 2016

Mientras duermes

Uniendo ansiedades con bellos destinos,
despabilaba letargos mientras dormías.
La mente en descanso, perturbada la carne,
sin palabras, trémulo, sucumbía a tu hechizo
victima de mi increíble adicción a tu cuerpo.
Con estar en tus brazos mi destino soñaba,
extraña y tonta inocencia estando a tu lado,
pero dormida, mujer, solo eres entera ficción,
una prohibida y lejana existencia del alma,
esa sirena que habita tan cerca y tan lejos
que no existen pasos errantes que lleven a ti.
Seducido por el silencio al que te entregas
y el perfume que en tu quietud se origina,
resta la única opción de esperar tu despertar.


Sugerencias


Vete lejos, haz un viaje sin llegadas,
a tu mundo, tu ciudad, tus fantasías.
Invéntate una historia, un príncipe
cabalgando sobre un caballo blanco
y vete tras él y sus paisajes medievales.
Vive tu vida y encuéntrate a ti misma,
conoce malas personas y de las otras,
elige las postales que cuidaras un tiempo
y desecha aquellas otras que son ingratas.
Aprende a elegir tus propias despedidas
y a quien debe o no poder amarte.
Recuerda que eres tu quien siempre elije
como te vestirás y con quien te desvestirás.
La vida es elección de posibles caminos,
te perderás en muchos, en otros te encontraras.
Deja tu nombre grabado desde el comienzo
y así de repente un día te veras sabia,
e iniciarás el regreso a donde nunca partiste.