sábado, 31 de diciembre de 2011

Retoño

En el rugir del alba,
imperceptiblemente,
en exilio voluntario,
los días se van acortando.
La realidad confinada
no lo percibe en su totalidad,
es un pequeño placer
solo reservado a los que,
insomnes de piel desnuda,
en un abuso de fuerza,
escudriñamos, el sutil sonido
de las cosas de la vida,
en los clamores del sol
a la hora feliz de ahuyentar
el espectro nocturno.
Pasó raudo diciembre,
y su reinado se merma
por pendones de segundos,
hasta ser corto y breve
llegado el mes de septiembre.
Inesperadamente, no muere.
De su menguar renace
en el inicio de su crecer.
La fuerza del sino nos refleja,
en su ciclo eterno que perdura,
mientras vamos perdiendo,
poco a poco, gallardura.
Algún retoño,  a su tiempo,
nos ha de suceder.
Retoño de un amor
Ilustración: "Retoño de un amor" - Shirley Cabanas Aguilar

jueves, 29 de diciembre de 2011

Abedules


Te buscaré.
A primera vista,
por la mañanita,
en las flores
y en la loca magia
 del sueño del mar.
En los delirios
artesanales,
y en cielo rasos
de la conciencia.
Te buscaré.
Entre las sombras
de los abedules,
cuando principie marzo.
En el místico dibujo
de las setas en los troncos,
en la sembrada mansedumbre
de un río peregrino,
y en el columpio de nubes
que pende del arco iris.
Te buscaré.
Hasta el inesperado encuentro
con el fin de espera,
en el estuario de las  mariposas,
donde quisiera ser tu sombra
lejos de toda fragancia amarga.

martes, 27 de diciembre de 2011

Tramo

No funciona el rencor
si le quitas la venganza.
El tiempo y el olvido,
son un tramo del perdón.

Ya lo dije, nunca suelo reir de la muerte, pero sí conozco su blanco rostro, su tétrica vestimenta.

Ilustración: "Tela" - Vania Milú

Musical


Cual  música que principia 
del silencio, abriendo un sol,
toda desnuda de blancas
 y negras combinaciones,
la clave en su ritmo onírico,
nos va dando el compás
do quier que lo escuchemos.
No tiene pausas sin sentido
ni cadencias quejumbrosas
que puedan quitar algo de Mi.
Un tono coloquial, sin estridencias,
nos lleva al desliz trémulo,
desde el que deseamos tener un Si
para hilar una historia de armonías,
dónde todo sea concierto
en acompasado preludio,
de compartidas pasiones acordes.

lunes, 26 de diciembre de 2011

De cristal

El silencio tiene esa ineludible
imperfección de cristal impávido.
Es delirio en la oscuridad,
ironía, cuando la réplica es necesaria.
Sendero clausurado a las palabras
cuando estas no se necesitan.
Pena capital cuando romperlo daría
prueba de consuelo abrazador.
Diálogo, cuando se respeta al interlocutor.
En el silencio, no todo es poema;
Ni es elegía todo lo que en silencio, nos deja.
Pero existe, y está allí, rondándonos.
Si lo sabemos escuchar, enseña
cuanto tiene de valor el respetarlo,
y cuando vale la pena desgajarlo
para no quedarnos ausentes, en silencio.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Ciclo


Somos instrucciones,
monólogos múltiples,
sobre todo, diáspora
de pulsiones y de sangre.
Abismos inescrutables
en un ciclo de descarte
entre la locura y la cordura.
Gracias a que somos eso,
y mucho más también,
somos hermosamente humanos.
Dioses de nuestro destino
y hacedores de nuestra existencia
en el camino de completarnos
en esta vida que nos toco.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Inoportuna

Ya no te nombro.
Ni te tengo acurrucada
con los fantasmas
que me persiguen
tomando café.
Didáctica, me has enseñado
la realidad de mi vida.
Despertar. Desayunar.
Bañarme, y volver.
Siempre volver a la rutina.
Ahora con el inmenso
agujero  negro
de tu nada insistiendo.
Llueve en mi ventana,
y recuerdo que llevas
una pulsera en tu brazo.
La tristeza, esa inoportuna,
no me queda bien.
Son las cosas que odio
del mundo sin ti.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Batalla naval


Algunas noches, quisiera evaporarme
en las ausencias de tus laberintos.
Ser un intruso disponible para tus ojos,
una censura dando vueltas tú despertar.
El mínimo más importante de tu realidad.
Solo a veces. Algún que otro día por la noche,
cuando siento que tengo mucho de nada,
mientras en tardanza caprichosa, rozo tu piel
con la alegría quebradiza de un tango,
jugando a la batalla naval con tus lunares.
Entonces me siento desertor de entelequias,
recuperado navegante de tu cuerpo,
capaz de tocar la luna esperando un sueño.
Allí, transito breves pasos dentro de mi,
reptando hacia la ventana de tu jardín.

martes, 20 de diciembre de 2011

Inocente

De la agitación
nadie tiene la culpa.
Es solo un cuerpo,
dulcemente alterado
por la forma de amar.

Agitación. Paula Rubio Infante_

Ilustración: "Agitación" - Paula Rubio Infante

Espectro

La foto siempre está presente,
el cáliz todavía sangrando.
Por la puerta entornada
escapan sueños banales.
Solo, como un imbécil,
tarareando sílabas se distrae.
Las cartas de poker,
sobadas, desgranan penosas,
un solitario aburrido.
Fragmentos de su noche triste
se deshielan en un vaso.
Una y algo… quizás las dos.
Los zapatos esquivan mentiras
de un coro que dejo de latir.
Amar no es una ciencia,
ni requiere continuamente
las decisiones de un sabio,
pero todavía no lo descifra.
Mira la flor, seca, sin agua,
y del espejo, la luna oscura.
El espectro del sueño lo llama,
Y ahora el, ya ni se acuerda.


Castigos


Entelequia de cenizas,
aparente esencia inconfesable,
traes contigo el encantamiento
de la ninfa del  Nilo al amanecer.
Eternidad, silencio y locura
desbordan los humedales de tu piel.
Anegando el cuerpo extraviado,
de manera inversamente proporcional,
al escéptico propósito relativo
del desértico síndrome de abstinencia.
Los suspiros, golondrinas en la iglesia,
son antídoto y verdugos de los ritos
que encadenan a tu difícil belleza.
Y allí estoy, viajero de tus estaciones,
esperando semillas de mieles,
abrazado a la cansada fortuna
de tus castigos de mujer al despertar.

Ilustración: "El despertar de la criada" - Eduardo Sivori

lunes, 19 de diciembre de 2011

Teatro

Ven, únete a esta escena
donde las musas ensayan
su declaración de amor.
Inventa castillos de papel
y algún poema para ella.
Explica en silencio tus gritos,
divagando viejos reproches
en la memoria del hambre.
Colúmpiate en los destellos
que brindan las noches eternas.
Y así, entre realidades y sueños,
deja tu grano de arena vagando,
en este teatro, llamado presencia.