martes, 20 de diciembre de 2011

Espectro

La foto siempre está presente,
el cáliz todavía sangrando.
Por la puerta entornada
escapan sueños banales.
Solo, como un imbécil,
tarareando sílabas se distrae.
Las cartas de poker,
sobadas, desgranan penosas,
un solitario aburrido.
Fragmentos de su noche triste
se deshielan en un vaso.
Una y algo… quizás las dos.
Los zapatos esquivan mentiras
de un coro que dejo de latir.
Amar no es una ciencia,
ni requiere continuamente
las decisiones de un sabio,
pero todavía no lo descifra.
Mira la flor, seca, sin agua,
y del espejo, la luna oscura.
El espectro del sueño lo llama,
Y ahora el, ya ni se acuerda.


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