martes, 3 de noviembre de 2015

Final



Moriré sin adioses,
sin medias tintas,
solo una sombra
pendiendo, solo,
un día cualquiera.
Tan solo un viaje,
breve y abierto
hacia la oda final,
sin odios ni rencores,
solo el sentido fracaso
admitido, pura verdad.
Si se preguntan porque,
no habrá respuestas.
Los porque son viejos
y ya es muy tarde
para volver a comenzar.
Mejor partir sin adioses,
con una valiente cobardía.
Mañana será otro día.

Historia sin final

Esta historia es cierta, y aunque parezca inconclusa, tiene un final. Un final final que lo define el personaje.
Para mejor decir, lo definió la noche del 29 de diciembre de 2008, entre las 23 horas y las dos del amanecer siguiente, luego de darse una ducha y notar una ausencia, cuando por toda respuesta recibió un “me presta la oreja”, y comenzaron a resquebrajarse cimientos de lo que hasta entonces parecía una sólida construcción.
Ante el derrumbe, invadido por una extraña calma, solo atinó a descorchar un Reserva Malbec Navarro Correa, servir dos copones, y en silencio ver esfumarse en el sabor frutado, de taninos maduros y final aterciopelado que el vino le ofrecía, y allí, en plena obscuridad enfrentarse a sí mismo.
No se puso una fecha fija, pero pasados 6 años, 9 meses, y veintitantos días, cuando ya del final aterciopelado nada quedaba y los silencios eran un continuo deambular de soledades, decidió que era el momento.
Duda, claro que duda, en dudar está la sabiduría, aunque esta se pierda inútilmente en laberintos de razonamientos. Y aunque aún hoy no sabe bien cómo, si está seguro que debe terminar, debe concluir con ese final.
No quiere, y tal vez no sabe o no puede explicarlo, la implosión arrebata la cordura y él lo sabe, por eso, en su último intento de buscar dejar algo, sin saber bien para que ni para quien, decidió forjar este final que cerrará la historia.
Yo lo conozco desde hace mucho tiempo, y por azar o porque si nomás, no quisiera no estar en este lugar, pero no siempre uno elige donde estar.
Imposible disuadirlo, juro que lo he intentado. Por otro lado, también entiendo que, de una u otra manera, toda historia debe concluir de alguna manera, en su caso, las alternativas posibles eran el desgarro incurable, lo vivió durante estos largos seis años y pico o cerrar definitivamente su historia.
Si es que las historias se pueden cerrar, porque toda historia tiene otros protagonistas y estos, a su manera, la siguen, aunque no la entiendan y se pregunten los porque.
Se dice que no hay que juzgar y no juzgo, me limito a ser su instrumento. La vida tiene misterios y él, es uno de ellos.

O era, ahora ya ni lo sé.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Abstinencia


Ensayo buscarme sin ti,
empedernido en lograrlo
a contrapunto de mi yo,
que resuelto a encontrarte
transita bajo la llovizna
carente de toda dignidad,
como curioso vagabundo
con síndrome de abstinencia.
Sabiéndome, desde el inicio,
perdedor de la contienda,
apuro el forzoso mal trago
con retazos de vergüenza
y me resigno a volver vencido
a esa invencible tentación
que me depara tu boca.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Sosegar de sombras

Se embosca la lluvia en la bruma de tus ojos,
tu mirada se colma en un sosegar de sombras.
Acunado por nostalgias, el río de tus lágrimas,
inmóvil aguafuerte del silencio, congrega delirios
y al último fantasma que deambula en el amanecer.
Eres el ojo vago buscando a los versos tristes,
la llegada de un conjuro errante y perpetuo
que rompa el incoherente tiempo del agobio.
Algo transformó la indomable rutina del placer
en arena que mece soledades en  las noches,
abatiéndote en la injusta playa  del desasosiego
y allí, te buscas renacer en un eclipse de luna
y volver a ser mujer en un despertar de hembra.


Ilustración: "Mas allá del negro" - Lionel Bodilis

Solo ficción


Yo, la irreal horda de uno solo,
vuelvo a la inútil experiencia
de remontar el  terco fracaso
de los porfiados sueños alocados.
Me duele ser un envase vacío,
viento de extraordinario sentido
convertido en soplo de pesadillas.
Desgarrada mi armadura de piel
ya no quiero sentir más nada,
prefiero la paz de una celda vacía
a la sombra de una gloria pagana.
Ahora que regreso del desacierto,
volveré a irme sin referencias,
después de todo, la vida es solo ficción.

Ilustración: "Bejin - Retrato 2" - David Agenjo