martes, 30 de abril de 2019

Esplendidamente libre

Yo visité la región delgada
y transparente que circunda
la ventura carnosa y húmeda
de los ojos de una mujer.
Fui nómade en ese reino extraño,
más suave que un tibio follaje.
Mi cuerpo repetido habitó
un tiempo sus límpidos espacios,
la luz blanda de sus pupilas
exploró el trópico de mi desnudez
y mis fronteras. Sin atavíos,
atravesó, con lentitud de lava,
la savia roja que peregrinaba
por mi cuerpo en su presencia.
Se que he estado en ese lugar
donde soy otro, porque es ella
la que, espléndidamente libre,
amamanta mi vicio de ser feliz,
envolviéndome en la ceremonia
de ser habitante de sus pestañas.



lunes, 29 de abril de 2019

Poder ser mañana


En esta hora, profunda y opaca,
casi en el silencio del crepúsculo,
el cuerpo, frágil y fatigado, reposa
en una región desolada del tiempo.
Reblandecido, opaco, lejano y esquivo,
el pasado se desvanece para siempre,
sereno e impasible, inevitable transito
de efímeros reinados, de fugaces hoy.
El mañana se muestra libre y sonríe,
no tiene escollos ni se siente exhausto.
Promete ser abundante y hospitalario,
un permanente andando hacia adelante,
que nos ofrece un hechizo de promesas
en el desmedido sueño de lo posible.
Y hacia allí, inevitablemente, alzamos velas,
hacia ese mar dudoso, vago e impreciso
que nos ofrece impaciente cada nuevo día.
El destino, con habilidad de tahúr y cortesano,
nos empuja a esa aventura desconocida
de poder ser mañana lo que no fuimos hoy.

domingo, 28 de abril de 2019

Hay desquite

Cierto aburrimiento, desnudo de ideas,
despoja con impudicia un pensamiento,
exiguo retazo de lo que alguna vez fuera
la partitura de un posible proyecto de vida.
En el desierto de la carne viva, germina
la íntima desnudez del implacable fracaso.
La realidad desvió las buenas intenciones,
ayudada, tal vez, por la fragilidad del valor
o quizás por la tiritante desidia del no hacer.
Arrebatado el gozo del triunfo, se adueña
la dura piedra del temblor: la frustración.
Si aún se puede rescatar un latido inmóvil,
un espasmo translúcido que se obstine
en no dar el brazo a torcer, en mantenerse,
como un tibio oro carnal resistiendo la derrota,
ningún descalabro es para siempre. Hay desquite.
Trozos, jirones y retazos son valioso tesoro
que puede macerar brotes y raíces, para luego
atizar el fuego maduro del volver a comenzar.



sábado, 27 de abril de 2019

Terco


Te esperé tras los cristales
empañados del desconsuelo.
La salada humedad del miedo
traspaso el sopor de la espera.
En silencio, palpando sombras,
desande el gusto de acariciarte,
nocturna llama de una vela
que hoy ya no alumbra ni aviva
la luz que alguna vez palpitamos.
Terco, me desvele hacia adentro
todas las noches y los domingos,
apretándome silencioso las ondas
de un aliento que ya no era mío.
Camine solitario para enfriar la sangre,
hasta que la lluvia erosiono el tiempo.
Hoy también, en lo más profundo,
podría imaginarte atravesando el silencio,
pero me detengo donde el aire se densa.
Allí te desvaneces y cierro los ojos.

Dueña y señora

A ver si por allí alguien encuentra
una porción de mi cuerpo latiendo.
En un descuido lo debo haber perdido
vaya uno a saber en cual lugar.
Marchaba paseando mis huesos
bajo un sol rojo, que se enfriaba.
Mis manos naufragaban a deshora
por algún sitio como cada mañana.
Mis ojos investigaban los olvidos
que se guardan en la eternidad del alma.
Mi sombra se porfiaba en dejarse
llevar por dónde el amor la lleva.
De pronto, solo vestida de ausencias,
desperezando un aroma de lavanda,
de la nada, floreció ella, dueña y señora
de la dicha de poder estarla mirando.
Ocupo todos los rincones invisibles
y su perfume se unió a mi olor mojado.
De azulejo y frío me quedó el pecho,
al instante perdí el latido, ese rito diario.
Ahora entiendo cuanto ha de valer
aquello que me dejó incompleto.
Por eso, amigos, por caridad se los pido
si alguno de ustedes con mi corazón
por azar se topa, háganmelo saber
y si no es mucho pedir, tráiganmelo
junto a las lavandas de esa dueña y señora.



viernes, 26 de abril de 2019

Silenciosa sombra


Aparecerá un día, con rostro de añoranza,
en pos un otoño remoto y conciliador,
portando la palidez florecida del olvido.
Vendrá por angostas calles aburridas,
con árboles vacíos, sin follaje. Pálidos,
como el bostezo que despierta el viento.
A tientas avanzará dibujando la nostalgia,
dejando atrás un mundo que ya no existe.
Sus pisadas crearán círculos estrechos,
con la demorada lealtad de la costumbre.
Con suavidad de amante rozará la cara,
habrá un ruego como de manos apenadas,
queriendo colarse en las coyunturas de la luz.
Al fin sorprenderá por dentro con su roce,
adhiriéndose a la seguridad que brinda la piel.
Desmañada y temblorosa rodará con los pasos
la silenciosa sombra de nosotros mismos.

Ilustración: "Sombra silenciosa" - Lina Martin Calvo

lunes, 22 de abril de 2019

Almas solitarias

Los cafés se vuelven soñolientos
en marzo, con el inicio del otoño.
Almas solitarias, en horas muertas
semejan islas cercadas por tristes
grises que aparentan ríos perdidos.
Deslizan en calendarios de olvidos
abandonos donde medir los días,
en incesante lluvia de letargos.
En tanto, dejan que lento se enfríen
malogrados pocillos de café
que esconden una sutil derrota.
Tal vez malheridos por impaciencias
que les hicieron extraviar el rastro
de las estrellas y de otros puertos.



viernes, 19 de abril de 2019

Así era feliz


A veces, ella olía a fruta, a heno,
a ciruela, agua de canela.
Sus ojos invadían la sombra,
iluminaban la punta de mis dedos
y ya no había escapatoria.
La humedad azul y amarilla de la tarde
me quemaba en amores
que no maduran, que se adormecen
dentro del cofre de la piel.
A veces, a media luz, sus palabras
rehusaban la prudencia
con una total ausencia de intención,
yo, me acercaba para no llegar,
para evitar que se rompiera
la ilusión de su boca jugando
a las escondidas en la semi penumbra,
que dejaba ver de cintura hacia arriba
sus formas de paloma,
y las raras líneas de sus manos gesticulando,
bajando por sus muslos
para cubrir lo efímero o lo eterno.
A veces, en pleno mediodía,
se abrazaba a los rayos del sol
con la necesidad de querer entibiar
su sombra diurna,
y yo me derrumbaba contra la hierba,
acurrucando mi cuerpo
sólo para recoger el roce de su falda.
A veces, así era feliz,
con un despilfarro de pasión oculta,
disfrutando el paisaje no prohibido,
pero si indiferente de sus ojos oscuros
y sus traviesas provocaciones.

Pensativa preñez

Fui anónimo canto sin acordes,
envoltura descartable de vino viejo,
lengua desgajada, exilada a la orilla
de un lejano olvido. Fui velamen
desgarrado por letales vientos.
Amanecido a la intemperie, fui extravío,
arena desmoronada en pozos,
tembloroso aliento en remota axila.
Fui espumoso resentimiento en vacía copa,
sentenciado eterno a las despedidas.
Fui temblor de flores robadas en oscuras calles.
Fui eso y mucho más. Sin embargo,
aún hoy, soy un navío surcando la palabra,
empeñado en desafiar el vendaval estéril,
en demoler caducos muros, en parirme
de esta pensativa preñez que me inspira
la altanera urgencia de ser alguien cada día.



miércoles, 17 de abril de 2019

Sin saberlo


La primera vez viniste de lejos.
Me gustó encontrarte vagabunda,
saboreando la sal de la tarde,
mitad flor acuática, mitad viento,
compartiendo tu tiempo desnudando
caricias ajenas, bebiendo vino frío,
y ahuyentando silencios vagabundos.
Sin haberte ido de mis labios secos
regresaste a mi cuerpo al mediodía,
como frutas vacilantes nuestras pieles
enredaron los cuerpos bajo el sol.
Por momentos habitamos la ternura,
despidiendo el motor de la rutina.
Después comenzó un amor, húmedo,
creciendo vegetalmente forastero.
Quedamos enredados de par en par
ahogando las fronteras de lo tuyo y lo mío.
Fuimos agua y pan, polvo del tiempo,
rasgada huella dejada en la arena.
Sin saberlo quedaste aquí al partir.

lunes, 15 de abril de 2019

Una ráfaga de viento

Una ráfaga de viento
invita a jugar un juego mudo,
a lanzarse a rienda suelta,
sin ninguna habilidad,
en la desherencia del desnudo,
en el refugio de la lujuria
o en la rosa verde de una higuera.
La libertad del viento
transporta los espíritus a un escenario
que permite actos de erotismo
con la frescura de las nubes.
Su absoluta transparencia invade
los espíritus curiosos,
los envuelve en dobleces imprudentes,
pero tentadores y sutiles,
que consumen en una movilidad vibrante
toda infantil fidelidad.
El viento es un valle abierto
donde reina el deseo del porvenir
y crece el sentimiento gozoso
que permite encontrar un resto de felicidad.



Ilustración: "Ráfaga de viento" - Alphonse Legros

sábado, 13 de abril de 2019

Así llegué


También fui, antaño,
un insólito potro desbocado
persiguiendo
el sigiloso paso del viento,
regando promesas que cumplir.
Sin dormir anduve
muchos caminos y algunos lechos,
perdiéndome en espesuras,
hurtando hojas secas.
A mitad de camino,
entre rosas y espinas.
A solas pude descubrir
el falso eco de mí mismo
y lo que creía que era la vida.
Así llegue hasta donde
ya no había más sonido,
sino solo vasto silencio:
lo más profundo del alma mía.

viernes, 12 de abril de 2019

Unico invitado

Estar en ti, es un vagar culpable
manteniendo las venas abiertas,
renovando toda antigua sangre.
Atravesar el tiempo por la puerta
que lleva a cambiantes edades.
Buscar, tenaz, un ardiente sacrificio
que juega a ocultarse en mi cuerpo
 y yo, que no sé dónde el cuerpo llega,
me voy por lugares fuera de mí.
Entro y salgo como único invitado
a una fiesta que renueva ríos de lava,
y allí broto y me disuelvo lleno de ti.



Absurdo


Intentar olvidar amores perdidos.
Extraviándolos en alguna senda
que se pueda recorrer de noche,
cruzada por el silencio de la luna,
a salvo en cúpulas de penumbras,
entre sombras sin sustancia alguna.
Para que se arrumben en una fiesta,
entre arboledas y pájaros errantes,
y vivan una vida a la intemperie,
lejos de calles y ventanas abiertas
que curiosean sobre vidas ajenas.
De esta manera intentaré olvidar.
Pero es falso, porque se han vivido.  

jueves, 11 de abril de 2019

Una palabra

Una palabra, una palabra,
tendré la suerte un día
de poder hallar una palabra.
Que sea un trozo del tiempo,
que comience bajo tierra
y se eleve reptando distancias,
tranquilizando respiraciones.
Que surja del centro del vacío,
como una mano abierta
buscando colmarse de cosas,
de signos, símbolos y luz,
para que ilumine al pronunciarla,
aunque casi nunca se nombre.
Una palabra solo tuya y mía,
en la debiéramos nacer y morir,
fecundados como amantes.



lunes, 8 de abril de 2019

Nunca salgo a oscuras


Me interno en tu boca
y me deslizo por tu cuerpo tierno
como un sorbo de agua,
aprendiendo todo lo que te habita.
Descubro tus silencios,
profundos, bastantes y suficientes.
El turbión de tus palabras
que ocultas en la oscuridad de tus ojos,
adivino los apresurados latidos
del corcel encabritado que llamas corazón.
Descubro que tu sangre fluye
con ritmo apacible de bolero imperioso,
cuando en mis manos
te descubres suficiente mujer
de horas sin ventanas.
Y así, desde adentro te construyo,
asiéndome a tus mapas,
a tus círculos ligeramente en llamas,
y todo me convence
que nunca salgo a oscuras de tu cuerpo.

domingo, 7 de abril de 2019

Fantasía

Breve el balanceo de tus hombros,
gemelas en vaivén sobre tu pecho,
a diestra y siniestra tu cintura.
Allí comienza lo que no termina
sino hasta tus andantes tobillos.
Camino tras de ti, tras el péndulo
que deja tu aroma en el asfalto.
Sigo los compases de tu agitación
hilvanado a ese talle y su contoneo.
Podría intentar abrazarte, si acortara
los pocos y lascivos pasos que te alejan.
Sería en vano, un templo de distancia
te guarda, perfecta, entre sus muros.
Así te alejas, con secretas fragancias,
dejándome en el rincón donde rechina
el remolino impuro de mi fantasía.