viernes, 5 de abril de 2019

Manzanas y serpientes

Se aman, a ratos,
jugando juegos de amigos.
Aprenden movimientos
y reglas para cuando llegue
el momento de saber amar.
Solo la voz interviene,
el espacio de la mano
no alcanza, resbala
en la prisión de las entrañas.
La piel, superficie ofrecida,
aguarda y tiembla.
Esa amistad saborea un aire
ilícito de robo.
Estéril como un hongo, el deseo
es una nube exprimida,
desautorizado tubo de ensayo,
perpetua forma
de un siempre nuevo asombro
que electriza las células.
Secuelas adolescentes
ofreciendo manzanas y serpientes.



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