Intentar olvidar amores perdidos.
Extraviándolos en alguna senda
que se pueda recorrer de noche,
cruzada por el silencio de la luna,
a salvo en cúpulas de penumbras,
entre sombras sin sustancia alguna.
Para que se arrumben en una fiesta,
entre arboledas y pájaros errantes,
y vivan una vida a la intemperie,
lejos de calles y ventanas abiertas
que curiosean sobre vidas ajenas.
De esta manera intentaré olvidar.
Pero es falso, porque se han vivido.
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