sábado, 24 de noviembre de 2012

Pasión prohibida


Toda esa distancia amarilla
de muchas vidas ya franqueadas,
en sobradas ocasiones sin quererlo
se nos olvida, para rebrotar, a veces,
resucitando alucinaciones que carcomen,
la afluencia  de estar vivos en lo imaginario
y nos enseña que,  al fin y al cabo,
somos meramente pasión prohibida
a la hora del misterio de comprender
si somos carne o nos anida un ser espiritual,
que en como suspiro, nos trasciende
en una especie de vacío, retornándonos
hacia donde el cansancio tan sólo
es un cálido abrazo de locura.

Ilustración: "Ausencia del Espíritu y la carne" -  Oscar Luis Martinez

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