A
partir de algunas ciertas noches,
y al
margen de aquellos ecos
que
olvidó un amor distante,
algo
de ti viaja en esquivo vuelo,
en
un juego de sombras chinas,
para
despertar curiosos sosiegos
en
ese espacio mío en que me anido.
Como
manantial de expectativas,
y
desde un lugar inexistente,
se
cobija tierno por unos instantes
dentro de la nostalgia del sueño,
para
expandirse, vestido de deseo,
sobre
mi piel, alterándola sigiloso.
Con
timidez de memorias guardadas,
quedo
tras tu rastro en las sombras,
descubriendo
que no te podré olvidar.
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