Extraña,
arropada en vientos,
la
mujer enfrenta la indócil mar.
Todo
el misterio en sus ojos.
esperando...
solo, esperando.
Inventa
su cuerpo la brisa
tallando
una virgen marina,
es
su mano la que detiene el vuelo
de
su cabellera en bandera.
Al
amanecer, asiendo estrellas
se
enraízan su pies en la tierra,
hasta
que en el crepúsculo
con
sobrada amplitud las libera.
En
convencida persistencia,
hurga
ese arduo espacio vacío
que
vive entre el cielo y el mar,
aguardando
que una tormenta,
devuelva
en abalorios de plata,
o en
las alas de un pájaro de fuego,
aquello
que se le quitó de adentro
y
que todavía duele tanto en su ida.
Ilustración: "Mujer frente al mar" - Pablo Balbis
No hay comentarios:
Publicar un comentario