A
veces, cuando sueño,
sucede
que me canso.
Por
suerte vos me crees.
Una arritmia en el arco iris
ocurrió
de nuevo anoche.
Se
diluvió el amanecer
sobre
mi cuarto cerrado.
El
barrio, sin sus perros
navegó
en una cubeta,
ríos
de bostezo ácido
distrajeron
a los dioses,
arrastrando
sus manías
de
obstaculizar deleites.
Juntos
los dos aramos
la
mar del deseo vivo,
en
esa romanza ritual
que,
rebelde, nos reencarna
en armonioso
aislamiento
de osados
y nuevos amores.
Cesó
la procesión lluviosa
y
el desenfreno se torno
calma
brisa de verbena.
HOla Seroma, leí su mails de casualidad, había caido en el correo no deseado, muy interesante su blog, espero seguir en contacto.
ResponderEliminarSaludos
me encanta todo lo escribes, perdona por tenerte un poquito abandonado, pero mis deberes me tenian un poco distanciada
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