sábado, 29 de agosto de 2020

Foto en sepia

 El ancestro es un azul,

alguna vieja sábana,

algodón rustico y duro,

regado de viejos sudores,

revuelta por pieles hoscas

del labradores o jornaleros.

Una fotografía en sepia

que aburrida, se destiñe

con lavajes de olvido.

Pensar que eso que está

ahí sin que se recuerde,

intacto prófugo de todo,

en alguna perdida madrugada

tal vez, después de probar

una cena y un lento vino,

germinó en el justo instante

la humedad de tus raíces,

que, según azarosos planes,

marchando de rutina en rutina,

transitó caminos de tiempos

hasta llegar a ser eso mismo

que hoy sos, solamente

el ancestro de los que un día

verán desintegrarse los pixeles

de cosas ausentes de su mundo,

entre ellas, ese azul ancestro

que hoy mira una foto en sepia.




viernes, 28 de agosto de 2020

Hazlo dulce



Hazlo dulce, hazlo lento,

que dure, que sea eterno.

Que sea la mejor oportunidad,

el primordial camino

donde poder fatigarse

queriendo se lo que somos:

fuego, agua y tierra,

elementos voluptuosos,

ardientes, creadores infatigables,

con labios por donde la vida corre

y oblicuas venas de satisfacción,

donde van llegando pájaros

cada vez que lo haces lento,

mordiendo las raíces

que roban la fuerza de mis pasos.

martes, 25 de agosto de 2020

Inevitable

En ocasiones la noche

se viste de tristeza taciturna,

el viento toca las plantas

con  mirada escondida.

Obstinado e insensible,

más cerca de lo que parece

por sus modos desencantados,

el día, dueño de sus actos,

no encuentra la fórmula

para acercar el arte de la luz.

Y allí estoy yo, soliloquiando

frente a, tal como diría Borges,

la dudosa seguridad de los espejos

( y sus pequeñas magias inútiles).

Una vana experiencia concreta

para quien ha fracasado en todo,

menos en vivir de pecado en pecado.

De los que hoy solo quedan

las memorias y el azul como color,

e, inevitable, (vuelvo a Borges),

solo existen los paraísos perdidos

y apenas, si logramos refugiarnos en ellos.


 

martes, 18 de agosto de 2020

La astucia de los sobrevivientes

 

Amanece y se hunde en barrancos de humos.

Sentado en un rincón de hollín, una taza de café

está llena de silencios y cenizas de amanecer.

En esa demasiada nada, sobrevive un sueño

que se amohosa como un trozo de pan duro,

pero persiste con la astucia de los sobrevivientes.

Piensa que es hora de descubrir las posibilidades,

cuenta hasta legar a tres y medita si no sería mejor

dejar todo para mañana, hasta que algún dios

respire, tranquilo y bueno, un feliz y dulce olvido,

que sea tan abundante y razonable que salve

lo poco mucho de lo que hoy no tiene ganas.

viernes, 7 de agosto de 2020

Carta al amante preso*

 “Querido mío de mi corazón:

                     Tú sabes lo que me pasa con este borracho que él fue a decir que me quería ir contigo y me han puesto en el cepo y así no puedo descansar este corazón de suspirar y aunque no te puedo ver no hay consuelo para mí.

 Qué haré sin ti yo que estoy loca por que me falta la prenda en que yo me miro y prenda de mi corazón, qué haré sin ti, yo que me muero sin remedio porque ya no hay mundo para mí.

 En qué espejo me miraré yo si me falta la prenda de mi alma que estimo yo y yo miro por la sangre que tengo contigo. No te vayas que quiero ir contigo, que si puedes salir para la caballada, ahí está el paisano que dice que te ha de esconder que vengas sin recelo hasta que por tierra bastante gente que esto te lo pido por el amor de Dios, que si no, estás perdido, que tienes el precio mal parado porque dicen que te van a ahorcar.

 Por Dios te pido que no me dejes que quiero morir contigo, que no hay consuelo para mí hasta que no te vea en mis brazos, que estoy rogando a Dios para cogerte en mis brazos, que no puedo descansar sin ti, caigito de mi alma.

Espero que me has de hacer este gusto que te pido por la amor a Dios, que estando la gente durmiendo te puedes escapar para fuera que es lo que puedo decir a Pepe… acompañarte para que te puedas escapar.

 Por la guitarra no te la envío por que la vamos a llevar con nosotros por tierra … que en lo demás no hay consuelo para mí y así escribime y dame ese consuelo por el amor de Dios.

 Que bien ves cómo estoy, la barriga llena, que quiero ir a parir contigo y así, no te canso más hasta que vea conmigo quien de corazón estima y verte desea

 es tu querida Ana María de Palacios

  *Tomado de: ““Mujeres en Tierra de Hombres” - Virginia Haurie


lunes, 3 de agosto de 2020

Un viernes de los tantos


Allí está, en el almanaque,

mezclado con otros días,

sin distinguirse, anónimo.

Un viernes de los tantos,

de los que no se destacan,

de los que pasan ligeros,

refugiado en los sueños

tatuados en el fin de semana.

Un día eclipsado por otros.

Y hubiera transcurrido así,

apelotonado entre otros tantos,

sí, como un pájaro veloz

no se hubiera posado en él,

el perfume de tu nombre

dibujado en letras,

que solamente dice

“hola, como estas”