martes, 25 de agosto de 2020

Inevitable

En ocasiones la noche

se viste de tristeza taciturna,

el viento toca las plantas

con  mirada escondida.

Obstinado e insensible,

más cerca de lo que parece

por sus modos desencantados,

el día, dueño de sus actos,

no encuentra la fórmula

para acercar el arte de la luz.

Y allí estoy yo, soliloquiando

frente a, tal como diría Borges,

la dudosa seguridad de los espejos

( y sus pequeñas magias inútiles).

Una vana experiencia concreta

para quien ha fracasado en todo,

menos en vivir de pecado en pecado.

De los que hoy solo quedan

las memorias y el azul como color,

e, inevitable, (vuelvo a Borges),

solo existen los paraísos perdidos

y apenas, si logramos refugiarnos en ellos.


 

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