domingo, 31 de marzo de 2019

Sombras de fuego

Espera el frágil espejo
que nuestro galope llegue,
con reservada felicidad,
al final del laberinto.
Se cansa su luna de la luz
que colma en silencio
la inmensa oscuridad,
hasta que llega el triunfo
que salpica sus cristales.
Al instante, el calmo reposo.
Sutil, en su reflejo de ceniza,
se visten sombras de fuego
que, con su antigua sabiduría,
guarda hasta que, nuevamente,
se vuelva a cumplir nuestro sueño.



Fuga ridícula


Tu carne, y su perfume intenso.
Las pieles ásperas, casi bárbaras,
vestidas con el color del infierno
desde corazón y hasta el vientre.
Manos frías y lenguas cálidas
sobre esa trascendencia sin nombre,
sin edad, enteramente desnuda,
que espanta ejemplos moralistas,
mientras ambos bostezamos
nuestro temporario agotamiento.
Contrabandistas de la propia piel,
hurgamos vocales y consonantes
en las incógnitas de la vergüenza,
simulando una fugaz fuga ridícula
hacia donde no nos estorbe el cuerpo.

Ilustración: "El infierno es azul" - Dulce Leon

sábado, 30 de marzo de 2019

Nosotros y la penumbra

Nosotros y la penumbra
en el aire de la mañana.
Tu desnudo color de mujer
cobijando mi cálido prado,
en el humo perenne y tenue
de fatigas recién transitadas.
Rincones de nuestros cuerpos
 tienen nombres, y con ternura
los deletreamos gozosos
cual enigmáticos acordes
de nocturnos aguaceros.



En mitad de la batalla


Disfruto el distraído otoño
que deja el roce de tus labios.
Nace en tus yemas un temblor
de uvas que lento saboreo
en la esfera de mi sangre.
Contengo ese aliento que traga
mi cuerpo, solo brote en tu boca.
Me abraso en la tenue blancura
de tu inocencia oscura. Alucinado
en esa lujuriosa invasión de tactos
que inundan mis dormidos afectos
y en la fina frontera del deseo,
me abandono al castigo de la ola
que estalla en mitad de la batalla.

Elixir de soñadores

El desvelo, ese agua sin fin,
hiere como feroz diamante,
como letal música inaudita
las ideas que cobija el rocío.
Allí el tiempo es tan antiguo
que gasta en tórrido conjuro
el aletear de la venosa sangre,
ahoga las palabras por nacer
más allá de los límites del alma.
Cierra severo más de cien puertas,
con inanimado rumor de arroyos
devora quimeras en suaves rojos,
y pare raudo, vuelos fatigados.
No obstante, es elixir de soñadores
en la sombra de sus soledades.
Jadea, iluminando tristes vigilias
y nos brinda sorpresas grandes.



lunes, 25 de marzo de 2019

Sin ningún previo aviso


Húmedas y transparentes, nuestras cabezas
se quedan en un infinito plagado de estrellas.
Cuerpo con cuerpo, caemos en la fogosa quietud
que deja la huella, oronda y suave, del pudor
olvidado de golpe y sin ningún previo aviso.
Dispersos sobre la alfombra nos consumimos
en nuestra propia lava. Eso que no se nombra,
retiene los susurros en un mar que los decanta.
El intento de acortar el día es una cualidad vacía,
el tiempo se suspende junto a tus pies desnudos.
El aire que respiramos apresa nuestras formas
y borra contornos, devorando cualquier sonido.
Y allí, en el silencio voraz que ocupa los sentidos
trazamos lentas espirales buscando otra geometría.

domingo, 24 de marzo de 2019

Combatientes íntimos

Allí abajo, en la orilla de los cuerpos,
somos combatientes íntimos
en una serena venganza de rocíos.
Allí, los labios perfuman
eternamente, con un calor muy suave,
mi mano se encadena
en los pétalos que moderada roza.
Una sonrisa, osada y fuerte,
acompaña el estremecimiento de tu piel.
Los labios callan
cuando estalla el favor conquistado.
Deliciosa ternura
que, sigilosa, embauca a toda la razón
y va adormeciendo,
con suavidad de terciopelo, el nido escondido.



sábado, 23 de marzo de 2019

Ambos somos


Muchas cosas podrán decir
de ti y de mí.
Podrán decir que somos felices,
dos amigos, dos almas
con las manos y las venas abiertas,
o que somos desdichados
buscando salvar el abismo del sexo.
Que nos olvidamos, solos,
en un rincón oscuro, insalvable y amargo.
Que somos un retazo de nada
o el inagotable y ardiente fuego de la tierra,
uno en los brazos del otro.
Decir que, apenas ayer mismo, éramos adolescentes
mendigando limosna
entre ilusiones rotas y sueños incumplidos,
o tal vez, una sinrazón
de nuestra propia semilla buscando germinar.
Pocos sabrán que somos
nervios y sangre, bocas descarnadas. Lo duradero.
Inconstantes y alados
trajinadores en un vendaval valeroso y profundo,
entre nubes que vagan sin prisa.
Eso es lo que ambos somos. Pero no lo podrán decir.

Vertical

Vertical. eso es… una vida vertical.
Sin sueños verdes ni tangentes gastadas,
sin inclinadas horas negras
ni amarillentos polígonos ignotos.
Solo una vida vertical,
perpendicular a todas las narices,
bisectriz de alfombras
transitadas, húmedas y cálidas.
segmentada por migas
de aire, de puños y de besos,
con empalmes
a todo o nada, a cara o cruz.
En escuadra
con entrometidos involuntarios
(y otros, no tanto.).
Bajo acuosas nieblas que bajan
como un dibujo técnico,
realizado con la filigrana de un plumín,
sobre un tierno cartabón
lúcido de silencios y quimeras reposando,
en el punto inicial
de una vida totalmente vertical.



viernes, 8 de marzo de 2019

Tormenta


Empezó a jugar el agua,
bosteza un búho su sopor
aturdido por las lenguas
que la lluvia deja caer.
Se agitan sobre el suelo
espectrales burbujas
y deambulan erráticas
hacia alguna alcantarilla.
llevadas por un arroyo
junto a biliosas hojas.
Suben vapores estelares
serpenteando los adoquines.
Relámpagos arrugados
desgarran en pedazos
la cavidad quemada
de la noche oscura.
Finalmente, y de a poco,
se va deshilachando
el encono de la tormenta.
Solo queda garabateando
sobre los ojos frágiles,
una molesta garúa.

martes, 5 de marzo de 2019

Hoy he vuelto

¿Recuerdas esa calle?
esa, la que se inclinaba
lentamente hacia el mar,
la que bordeaba casitas
escondidas tras ligustrinas,
la que un día trepamos
indolentes y soñadores,
y en la que, por primera vez,
te tome de la mano,
y rechazaste mi intento
 de callar tus palabras
apuntando hacia el do
que dibujaban tus labios.
Hoy he vuelto a caminarla
en un resplandor azul.
El mar sigue mirando
la pendiente de la calle
que sube, ahora más yerma,
sin ligustrinas, sin tus labios
y sin mi mano en tu mano.
Solo algo permanece igual,
el deseo que habita en mi boca.



lunes, 4 de marzo de 2019

Eso no importa mucho


Tal vez eres agua salvaje,
desnuda estrella marina
o trozo de canción antigua.
En verdad, no sé bien que eres.
Esto no importa mucho.
Solo sé que tu carne desnuda
huele a hierba en el rocío,
que mis labios hambrientos,
gozan la periferia de tu aurora
en ese juego de pliegues
aterciopelados, que es tu piel.
Que los músculos de tu vientre
son carne virgen para mis dedos,
que, en las orillas de tu mar,
he dejado la canción del olvido.
Entonces qué sentido tiene
saber de verdad quién eres.

Ilustración: poster "Feria del libro Madrid18" - Paula Bonet

Cuando la noche duerme

Cuando la noche duerme,
suave y triste,
tiene siempre esa dulzura,
antigua y difícil,
que se desviste en diversas
formas y sombras.
Primero es una leve caricia,
grácil y animada,
luego es un propicio oasis,
de cuerpos y sueños.
En ella cabe cualquier fábula,
verdad y mentira
significan exactamente lo mismo.
Lejos y cerca
es un umbral nunca cruzado.
Todo y nada
de un andar a la intemperie,
bajo sábanas y cobijas,
teniendo fuertes alas o atléticas raíces
en el misterio de los sueños.



domingo, 3 de marzo de 2019

Es sábado amor


Frente a frente, los dos.
Es sábado amor,
en tu cuerpo extendido
contemplo la vida,
descubro la canción
de la hembra madura.
Flotante música
que redime mi clausura
en los juegos más nobles.
Hoguera de manos
con venideros sones de gozo.
En ti, no tengo afueras,
soy carne sorda y arterias, venas.
Me sueno a hombre,
ligero labrador de cumbres
en el silencio de la casa toda.

viernes, 1 de marzo de 2019

Con la sencillez de un pájaro

Ahora, huyamos escrupulosa paloma,
subamos al perfume de un beso alegre
y navegando en los espíritus de la aurora,
entre el oleaje tibio, donde florecen los besos,
en el borde de una almohada crucemos
las nubes ligeras en juvenil corto vuelo.
Ebriamente encendidos recorramos el mundo,
ese mundo en que me habitas y te despliegas,
cubramos nuestros cuerpos con la bruma lenta
y sobrellevemos el duro invierno de la ausencia.
Ven, la noche va cayendo, este es el momento
de deslizarnos con la sencillez de un pájaro,
hasta que, una mañana, podamos despertarnos.



Somos


En ocasiones, la luz se ve de otra manera.
En la oscuridad de la noche, en las ciudades,
como una extraña y frecuente sensación
de asombro renovado o una dulce renuncia.
Es absurdo creer que la vida carece de sentido,
somos un golpe de sal, un nuevo otoño y tormenta.
La esperanza y la vida que sentimos somos,
tesoneros buscadores de un tesoro sin mapas,
intentando algún final más digno que el comienzo.