lunes, 25 de marzo de 2019

Sin ningún previo aviso


Húmedas y transparentes, nuestras cabezas
se quedan en un infinito plagado de estrellas.
Cuerpo con cuerpo, caemos en la fogosa quietud
que deja la huella, oronda y suave, del pudor
olvidado de golpe y sin ningún previo aviso.
Dispersos sobre la alfombra nos consumimos
en nuestra propia lava. Eso que no se nombra,
retiene los susurros en un mar que los decanta.
El intento de acortar el día es una cualidad vacía,
el tiempo se suspende junto a tus pies desnudos.
El aire que respiramos apresa nuestras formas
y borra contornos, devorando cualquier sonido.
Y allí, en el silencio voraz que ocupa los sentidos
trazamos lentas espirales buscando otra geometría.

1 comentario:

  1. En las fauces del silencio voraz cae esa cualidad vacía. Un buen poema para leer y releer.

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