jueves, 31 de enero de 2013

Cosecha



Miro al sur…  y allí me encuentro yo.
Tengo un vacío que sabe a destierro,
un desacuerdo de tersos muros blancos,
en inalcanzable armonía con el musgo,
que le dibuja ciertas verdades impostoras
en los resquicios de sus pensamientos.
Me hostiga un complejo de extranjero,
péndulando entre la añoranza y el olvido.
Me siento cazador de estirpes de lluvia.
hurgando recovecos del alma, sin anhelo.
Estéril pedregal me cobija en su vorágine
hasta desaparecer, estático, cuerpo inmóvil.
Desnudo campesino en salobre páramo,
tanteo diálogos de cortesías y almas idas.
Pobladora de sol, cielo arriba del abismo,
la Esperanza me invita, desde muy lejos,
a efectuar un viaje hacia quién sabe dónde.
Allí me detengo, con mi geometría de hombre.
Anticipando la ilusión de un algo realizable,
se puede vivir un presente intolerante y vacío.
Ahora miro desde el sur. Y hallo a donde voy,
hacia el naranjo desconocido, de frutos rojos,
que promete en el mañana una buena cosecha.




miércoles, 30 de enero de 2013

Irrepetible

Ella deslizándose, desnuda, irrepetible,
en la clandestinidad de un amanecer,
ilumina la callejuela que peregrina
vulnerando brumas que se mueren
besando la luminaria de los balcones.
Excéntrico, tal vez  por seguir su andar,
pretendo ser su amarillenta sombra
y allá, junto al sauce, poder ser su aliento.
Fría, se adelanta ignorando mi presencia,
simplemente vana, me resigna en olvidos.
Me abandona, y yo continúo sintiendo
sobre mi deseo, el vacío de su lisonja.
Una vez más me atrajo con su belleza,
seduciéndome su recatada existencia.
Impedido de besarla en su inmensidad,
no renuncio a aguadarla en otra espera,
en que cazaré sus lances de Luna llena.



Ilustración: "Noche de Luna y mar" - Pipo Jost Nicolas

martes, 29 de enero de 2013

Maleficio


Déjame quererte
sin querer quererte,
con olvidos de vos
y en almas aisladas.
Quererte a impulsos,
en simple fotocopias,
como una distracción
de este amor a vos.
Quererte un poco nada
y con imperfecciones,
con pícara inocencia
y de visita clandestina.
Quererte a empujones,
anónimo y postergado,
quererte de mentira,
jugando a no quererte.
Perdido en el maleficio
de no poder resignarme
a no querer quererte.

Diferentes

El árbol, solitario trovador de la llanura,
cobija pesados caballos luego de la faena.
Frente al plasma, se aturde el hombre.

lunes, 28 de enero de 2013

Acuarelas


Despechado por la distancia,
como para matar el tiempo,
tome prestadas acuarelas,
me ilusioné con un titiritero,
desperté casuales quimeras,
caminé círculos de infinitudes
gastando labios en el rezo.
Todo fue fatiga improductiva,
así no supe cómo llegar a vos.
Una tarde cualquiera decidí
que eran épocas de olvidar
la espera de encontrarte.
Un viejo blues inolvidable
trajo el despertar urbano,
en silencio, broto un tulipán
con ecos de varios destinos.
Entonces, abandoné mi rutina,
y sabiendo nada es un siempre,
resolví que la lejanía es solo
un abrazo por hoy postergado.

Ilustración:   "Desnudos 1994" - Horacio Politi

Apóstata

Con su toque, la libélula se derrumba
en estéril lucha contra la última farola.
Esta noche no caerán gotas de silencio,
el calor resigna su último escrito pendiente.
En condena, la ciudad es una hereje,
fiel apóstata de su briosa luminosidad.
Distante, el aromo se hechiza en fuegos,
la dualidad del eco deja sentir su queja.
El soneto es un tendedero de sílabas,
un rostro envejecido apaga un te quiero.
Deseo un helado de esperanza y limón
y el río de medianoche no lo traerá.
Cierro la ventana como un ciclo de la vida.
Mañana será lunes. Todo está dicho.

viernes, 25 de enero de 2013

Mala costumbre


Mi otro yo es casi indirecto.
Tiene un algo de tormenta,
de una tarde de aguanieve.
Es un tren a paso de tortuga,
dejando estelas de un tango
en el esfumado de un papel.
Vive en adioses del mañana,
guareciéndose en sonrisas
cuando mengua la inspiración.
Siente gran envidia de la lluvia
y de esos defectos que admira.
Es un otro yo de rostro lampiño,
firme amante de un último café
en las puertas de alguna aurora,
y de andar en bicicleta por la luna.
Yerra en tornasoles de burbujas
cual un estrafalario genio azul.
Ahora se perdió entre unas letras,
y siento, como una mala costumbre,
la digestión lenta de su ausencia.

Impío

Solo de una mujer inventada
me enamoraría después de ti.
Pero no creo en los milagros.

 

Cursi


Ya me ves,
vistiendo estrellas,
visitando lunas,
viendo un bosque
en esa maceta
que nutre al balcón.
Cursi, me enamoro
de tu sombra,
y llevo mi mano
al terciopelo
de tu escote.
Y así me sobrevivo
todo el tiempo.
Cualquiera diría
que tengo flojera
después de comer,
porque de invierno
amo las siestas,
y en verano también,
desapareciendo,
soñador, en tu pelo.
Y eso me hace bien.


Cigarras

No existirá la muerte
cuando yo muera,
porque he de morir
en un soleado otoño
así sea plena primavera.
Un aire de caramelo
y un prado de margaritas,
presagiaran días clareados
que sigan a mi ausencia.
Despreocupados ríos
resucitaran vergeles,
mudara su pluma la torcaza
y se romperá el silencio
en el amanecer del campo.
Alguna mejilla será  rocío,
aquel y el otro continuaran
su rutina de fútiles quejas.
Una pequeña artista
pintará de rosáceo suave
su príncipe azul deseado.
Y admitiendo que he muerto,
continuaré viviendo
en el coro de cigarras
que reclaman del verano.

jueves, 24 de enero de 2013

Parajes


El laberinto de un cuerpo desnudo,
despierta imposibles anhelos perennes.
 No hay hilo alguno que tutele las manos
en regreso a parajes de la piel ya dejados.
Solo ojos perdidos en animadas guaridas.
Ilusorio el declinar de sugerentes vericuetos
que nos enmarañan hacia el centro fatal,
despótico intento que nos ciega, venerable,
hacia un final de gozosas prerrogativas
en el que al cabo todo sigue igual.


miércoles, 23 de enero de 2013

Discurriendo

Ocasionalmente,
solo caminamos lejos,
con superficialidad,
sin dejar alguna huella.
Andar solo por andar,
en un distanciamiento
de lo real y lo aparente,
disfrazado de meditación.
Creemos ser profundos,
discurriendo en soledad
pasos que son parábolas,
encubriendo la liviandad
de un recóndito recelo
de nuestra pequeñez,
ante la tarea milagrosa
de la naturaleza vital
que ingeniosa sobrevive
la impiadosa destrucción
a la que tercos, la ligamos.

Secuelas


Pacto del tiempo inalterable,
las secuelas se derraman
con un silencio en retirada.

martes, 22 de enero de 2013

Mirar

En tu mirar, logro yo ser aquel
que en cien latidos y un anhelo,
asciende por súbitas vertientes
a las buenas nuevas que, tus labios,
en empalidecida calidez prometen.
Contemplas, con esa simpleza
que encierra verdes praderas,
cual una pequeña plegaria
que invita a afianzar los ojos.
Y en calma, entregarse manso
a la cuna  de sus profundidades.

Ambivalencia

Péndulo y ambivalencia 1 Tinta Cartulina Otros

La ciudad bebe su noche amarga
hasta perderse misteriosa al alba.
Robada mí historia en las penumbras,
las astillas de un antihéroe urbano
 me llevan mar adentro de la suerte.
Somos dos, yo y el que antes era yo,
errando la ambivalencia de la inercia,
que nos empuja a relegar el regreso,
ese sinsentido de los muelles alejados
en que escoran lejanías y  soledades.
Divaga ecos un contertulio absurdo
frente a una ventana de la vida real,
y las frases ruedan, mudas, sin nombre.
Me voy quedando sin viejos puertos,
sin bajos fondos donde ser cautivo
de ternuras, alcoholes y el Lucero.
Del regalo de un piano desafinado,
mudo en su encierro, calle arriba.

Ilustración: "Péndulo y Ambivalencia 1" - María Cristina Alvarez