El
laberinto de un cuerpo desnudo,
despierta
imposibles
anhelos perennes.
No hay hilo alguno que tutele las manos
en
regreso a parajes de la piel ya dejados.
Solo ojos
perdidos en animadas guaridas.
Ilusorio
el declinar de sugerentes vericuetos
que
nos enmarañan hacia el centro fatal,
despótico
intento que nos ciega, venerable,
hacia
un final de gozosas prerrogativas
en
el que al cabo todo sigue igual.
Ilustración: "Mujer desnuda con el rostro tapado por el cabello" - Rodin
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