Los
amores perdidos bailan con la melancolía.
Cada exilio,
es una hoja de otoño dejando espacio
a un algo
hoy inexplorado que está avanzando,
con
una profunda y hechicera melodía desconocida.
Quédate
engarzada entre los dedos del sueño,
en
eterna cita con esa
cascada de seda blanca
donde apasionadamente
retornas alucinante.
Voy por
la rosa que cobijas en tu interior secreto,
descubriendo
las memorias insaciables de tus nieves.
Allí,
donde te
prefiero así, volátil y etérea ternura.
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