Hay
veces que tu mirada,
guarda
una adolescencia
abstracta
de luna plena.
Una
insaciable expresión
de acústica
musa eterna,
vagando
por ausencias
que
asoman a contraluz,
en inesperados
vaticinios
que
preceden al tedio
en
que te mudas prohibida.
Ya
no juegas a ser niña
en
la tarde azul de tu crecer.
Como
promesa de futura mujer,
enfrentas
la huerta del espejo
aliñando
tu franca naturaleza
con
vergeles en los que cultivas
recursos
de amores impedidos.
Tú y
la vida crecen juntas,
limitándome
a contemplarte
desde
la mullida tranquilidad
que
brinda el sillón de los años.
Ilustración: "Niña con espejo" - Gonzalo Morales Saúrez
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