domingo, 20 de enero de 2013

Menguante

Me pierdo en el desvarío del canto,
en el eterno vagar de notas sonoras
que laxo, deja el viento en los árboles.
Una caja silenciosa, ampara sones
en caléndulas que visten las ventanas.
Simplemente solo, al azar y en la calle,
un concierto reclama una parte de mí
para encender armoniosas alboradas
vestidas de mágicos colores melodiosos.
El Do, amarilleante en su escala, empuja
el fulgente carmín de un vibrante Re mayor,
lánguido el Fa sostenido, azulino se pierde,
pequeño acompañante del naranja Sol.
Azulgranate el Si bemol cierra el tono.
Para cuando de la nota el ámbar La,
menguante, una luna me desnudará.

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