jueves, 29 de enero de 2009

A ver si

A ver
si nos ponemos
de acuerdo...
cuando te digo
que no estoy bien,
no te digo
que no te amo.
A ver
si nos ponemos
de acuerdo,
que amarte
me es sencillo
pero hacerte feliz, no.
A ver si
nos ponemos de acuerdo,
en esta cosa en común
que tenemos
y que no se porque nos ensañamos
en hacer tan difícil
cuando es simple
ponernos de acuerdo
en simplemente...
amarnos

Imaginacion

Imaginación,
dragón que me devora,
y a su vez alimenta,
con su fuego,
mis ansias de tenerte.
Imagninación,
sosten que me mantiene vivo
hasta que llegues.
Herida que me desangra
en tu ausencia.
Imaginación.
fastama que agita
y aumenta mis celos.
Musa que me inspira
los mejores versos.
Imaginación,
fuente de mis locuras
en la desolada noche,
sol que me alumbra
en mis amaneceres futuros
junto a ti.




Ilustración: "Imaginación" - Maria Molberth

Recorrido

Prometí iniciar mi recorrido
Besando uno por uno
De cada pie tus dedos.
Cosquillear con ternura
La alzada de tus empeines,
Rozándolos apenas
Con mis labios.
Extender el roce
Por tus tobillos,
Alcanzando lento
Tus pantorrillas.
Detenerme en el hueco,
De la parte trasera
De tus rodillas,
Sin que su científico nombre
Ahuyente mi deseo.
Avanzar con mis manos
Por tus muslos,
Abriendo el camino
Al roce de mis labios.
Alzarme triunfal
Sobre el enredo
De tu monte venusino
Buscando allí los vericuetos
Que me llevan sediento
A tu manantial de vida.
Para luego trazar,
Con la humedad del tiempo,
Un surco volátil
Hasta el tibio hueco
Que marca el centro
De tu vientre.
Que mis manos continúen
Con su arrogante avance
Y antes de alcanzar tu cuello
Dejen, señalándome el sendero
Dos torres erguidas
Para que de ellas
Mis labios beban.
Sellar en silencio tu boca
Adentrándome tibio en ella,
Y viéndote cerrar los ojos,
Sobre tu oído murmurar quedo
Te quiero.
Ilustsración: "Beso"

Puntos cardinales

La ventana semi abierta,
Las cortinas entornadas,
El Sol ocultándose lento,
Dorando apenas las terrazas,
Ajenas, lejanas, distantes.
La ventana mira al Sur,
Yo miro al sur por la ventana.
Un edificio blanco, techo negro,
Me bosteza con sus cuatro bocas,
Que semejan hoscas buhardillas.
Los últimos cuatro balcones,
De otra gris construcción,
Le ponen banderas verdes
Al otoño porteño.
Desde una veleta, un toro rojo
Me señala el este,
Anacronismo urbano
Que se esconde tras la mole
De un tanque de agua citadino.
Obscena, una cúpula pizarra
Se me muestra como un seno,
Sugerente y sugerido,
Con su pezón metálico
Apuntando al cielo.
Adivino las intimidades
De quien habita el último piso
Del departamento que mira al oeste
De ese edificio de ladrillos,
A través de sus minúsculas prendas
Que se bambolean en la brisa
Que el ocaso trae a su llegada,
Y con ella mi imaginación vuela
Hacia otras construcciones
Mas cálidas y humanas.
De una mujer el vientre
Se me ocurre ver,
En un tinglado acebrado,
No tiene ombligo, y tampoco tiene
El agitado vaivén
De un vientre acariciado.
La ventana me veda el norte,
Su ojo solitario mira al sur,
Atisba el este con la toruna veleta
Y se vuelve occidental
Con la lencería del balcón.
Eso es suficiente, para mi imaginación.

Salobre

Me sala el mar
El alma,
Me lava la bruma
La ausencia,
Metido mar adentro
Solo.
Un gaviotín me arrima
Tu nombre

Los días de lluvia

Los días de lluvia
Me brotan remembranzas
Los días de lluvia
Se me riegan los recuerdos
Los días de lluvia
Se me humedece el silencio
Los días de lluvia
Acaricio, nostálgico, tu presencia
Los días de lluvia
Son siempre mucho mas
 Que días de lluvia

Si no estas

Si cuando te llamo
No estas,
Si cuando te reclamo
No estas.
Si cuando te necesito
No estas.
Si cuando te deseo,
No estas
¿Porque siempre estas
junto a mi?

Tarde

Tarde de mate,
De escuchar jazz,
De escribir
Algunos versos
Que no dicen
Todo lo que tienen
O deben decir.
Tarde gris,
De otoño,
De errores
Ortográficos,
Por estarme
Sentado,
Esperando
Que aparezcas
a mi lado.
Y no, no es
Mas que una tarde
De mate,
De jazz,
De extrañarte
Tarde de esperarte
Una tarde mas.
Ilustración: "Tarde con Mate" - Lucia Orgeira

Bendito frío

Bendito frío
Que hace
Que aprietes
Mi cuerpo
Junto al tuyo.
Bendito frío
Que junta
Tu espalda
A mi pecho.
Bendito frío
Que nos une
En esta
Distancia
Que es el
Mínimo posible.
Bendito frío
Que logra
Que extrañe
Tu calor
Ausente
Bendito frío
Que da calor
Si te pienso
Bendito frío

Que hago?

Esta tarde, solo,
Que hago?
Que hago
Sin tu presencia
A mi lado?
Ya sé!!
Recreo tu piel
Y vivo tu cuerpo
En mi cuerpo
Estando juntos
Como mañana,
Que estarás
Conmigo,
Y estaré
Solo, contigo

La distancia

La distancia
Máxima
Que nos debe separar
Es el deseo
La distancia
Mínima
Que nos debe unir
Es el deseo
La distancia
Justa
En que debemos estar
Es el deseo


Ilustración: "El enigma del Deseo" - Salvador Dalí

Me gustaria ser

Me gustaría ser
El reverso de tu falda
Me gustaría ser
La almohada que cobija tu sueño
Me gustaría ser
El alimento que tu boca disfruta
Me gustaría ser
La brisa que mueve tu pelo
Me gustaría ser
El agua que te baña
Me gustaría ser
El espejo que te mira cada día
Me gustaría ser
La canción que endulza tus oidos
Me gustaría ser
El aire que respiras
Me gustaría ser
Todo aquello que tu haces
Pero mas
Me gustaría ser
El hombre que te ame


Ilustración: "Mirada al Espejo I"  - Flor Mendez

Descubrimiento

Descubro
Que entre vos y yo
La distancia
Solo existe
Para que pueda
extrañarte

Cosas de todos los días

Cosas
Simples cosas
De todos los días
Despertarme,
Ver el cielo clareando,
Recordar
Haberte soñado.
Cosas
Simples cosas
De todos los días
Levantarme,
Mientras me ducho,
Pensarte,
A mi lado.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Dibujar
Tu nombre
En la humedad
Del espejo.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Sentir
Que el mate
Calienta mi boca,
Y son tus labios.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Caminar,
Solo en la calle,
Sintiendo el roce,
De tu mano
En la mía.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Escuchar
Tu voz lejana,
Diciendo en mi oído,
“buen día, querido”
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Regresar,
Por la tarde,
Cantando tu nombre,
Como una cercanía.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Acostarme,
Sintiendo a mi lado,
El calor de tu ausencia,
Que es casi
Tu piel.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.
Llevar,
Siempre en mi cabeza,
Tu imagen,
Sin pensar otra cosa.
Cosas
Simples cosas
De todos los días.

Ella lo espera

                                                         Mis manos acarician,
Sin que las sienta casi,
Las suyas, percibiendo su temblor.
La veo ponerse tiesa,
Como si molestaran mis caricias.
Espero que se tranquilice,
En silencio, sin nada decir.
Subo lentamente, con mis dedos jugando
Por el contorno de sus fuertes carnes.
Llego hasta su pecho,
Suavemente, con lentitud,
Primero un dedo, luego otro,
Lo voy rozando, sintiendo su dureza,
Lo recorro, lo acaricio, suavemente,
Buscando calmar las cosquillas
Que mi roce le produce.
Murmuro palabras suaves,
Pronuncio quedo su nombre.
Llevo mis manos a su boca,
Recorro sus labios húmedos,
Siento que su respirar se agita,
Tomo entre pulgar e índice
Sus dos orejas, suaves masajes
Acompañan, rítmicamente,
Las palabras que en ellas dejo.
Paso mis dedos por su frente,
Desciendo con parsimonia,
Sobre su dorso tembloroso,
Su respiración se agita,
Como no sabiendo si eso le gusta.
Recorro su dorso de norte a sur,
Una y otra vez, temblar la siento.
Entonces, cuando sus carnes se tensan,
Mis cálidas manos llegan a su ingle,
La sacude un nuevo temblor,
Pero ya no me detengo,
Esta tranquila, solo disfrutando,
Dejando hacer a mis manos,
Que su confianza va ganando.
Sus largas piernas recorro,
Sintiendo como el calor,
Poco a poco las va envolviendo.
Tiembla su vientre suave,
Cuando junto a el mi pecho arrimo.
Bien apretado a ella,
Presiono y rozo su cuerpo con el mío.
Alzo mi pierna derecha,
Y con ella abanico su costado,
Siento otra vez sus temblores,
Y nuevamente mis manos en su boca
Acompañan a mi pierna en sus caricias.
Preparándola para el momento
En que mi cuerpo sobre ella este.
Yo quiero ese instante, ella lo espera,
Ambos estamos tensos, expectantes.
Por fin creo que ha llegado el tiempo,
Ahora seguro puedo hacerlo,
Tomo con fuerza sus orejas
Mi cabeza apoyada en ellas.
Recorro por última vez su dorso,
Siento que ya me espera,
Mi cuerpo sobre ella subo,
Y ahora si, ya sobre ella
Salgo a cabalgar libre
Sobre la pampa abierta.



Ilustración: "Caricias Previas" Paco de Cáceres
"Cabalgando" Carlos Stocco

Las palabras

Las palabras,
Son solo palabras?
O son mas que palabras
Tu y yo sabemos
Que las palabras dichas
Dicen mucho mas
Que dichas palabras.

Ilustración: "Palabras de Amor" - Pedro Belushi

Vigilia


Vigilia de la tensa espera
Agonía que se prolonga
Días que se alargan
Angustias que no cesan
Por mas que uno se diga
Que solo son unos días
Que hay que tener paciencia
Que todo siempre llega
Pero que lejos esta el todo
Y ese siempre cuanto tarda
En los momentos previos
A toda ansiada espera

Mueca frustrada

Arrastra el sol
Pálidas sombras
Sobre los techos
De Buenos Aires.
Retrocede la tarde
Y la noche avanza.
Cinco farolas
Por cada cuadra
Se encienden.
En ultimo estertor
Muchedumbres grises
Pisotean alegres
Gastadas baldosas.


Amparado por la gárgola
Que vigila de lo alto,
Fumando en silencio,
Bajo el alero,
Ruinoso y triste
Del viejo edificio
De San José y Garay,
Un hombre espera
El paso del tiempo.
La zona es de truhanes,
De borrachos lerdos,
De cafishios y de putas.

No levanta los ojos
De ese punto oscuro
En el que escarba el piso
Con la punta del zapato.
Siempre en silencio
Fumando lerdo.
Solo parece prestar
Una especial atención
Cuando siente el caminar
De pasos que se acercan.

Entonces aspira,
Hondo y profundo
Como queriendo
Meterse en el pecho
Todo el fétido olor
De Buenos Aires,
Lo retiene un poco
Y lo exhala lerdo,
Como distinguiendo
Distintos aromas.
Una mueca frustrada
Que solo se percibe
Por la braza encendida
Que cuelga de sus labios
Señala que no encontró
                                                   El perfume que buscaba.

Y así se continúa,
Horas tras horas,
Hasta que el cielo
No es mas
Que un cofre invertido
Que le tira estrellas
Sobre esa necedad
De esperar que vuelva
El perfume dulzón
De esa mujer
Que por unos pesos
Puso un destello de luz
En sus ojos ciegos.

Zamba para llegar a Ti

Siento el amanecer
Casi pegado a mi piel
Frío rocío que se esfuma
Con la tibieza de tu ser.

Cobijo naciente de sol
Que entibia mi querer
Calor ardiente de tu cuerpo
Que despierta mi pasión.

Alba llegada al corazón
Con tus labios sobre mí.
Voz tibia en la mañana
Que da sueños de ilusión.

Días agitados en la espera
Tiempo que se demora,
Latidos que se agitan
Siempre hasta llegar a ti.

La luz del sol otoñal
Tibia, nos cobijará
Y la luna rota en las calles
Del amor se coloreará.

Tenia un verso

Tenía un verso,
Tenía,
Cuando tú nombre
Endulzó mi boca.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando tu voz
Acarició mi oído.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando tu piel
Encendió mi vida.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando mi mano
Talló tu cuerpo.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando tú perfume
Aromó mi aire.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando mi alma
Vi en tus ojos.
Tenía un verso,
Tenía,
Cuando mi tiempo
Gasté en quererte
Tenía un verso…
Tenía.

Tortura

Y tu que sabes?
¿Qué sabes lo que se siente?
Todos los días igual,
Cada día lo mismo.
Saber que estas allí,
Mirarte constantemente,
Sentir tu perfume
Embriagando el aire,
El roce de tus labios,
Sin saludarme.
¿Y tu que sabes?
¿Qué sabes lo que se siente?
Al llegar verte sonriendo,
Igual verte al partir.
Verte, todos los días verte,
No escuchar tu voz,
Porque no me hablas.
Mirar tus ojos
Y no querer verlo
Porque no me miran
¿Y tu que sabes?
¿Qué sabes lo que se siente?
Si cada día lo mismo
Te soy indiferente,
No estoy en tu atención,
No reparas en lo que siento,
Quedas imperturbable
Aunque mis manos te acaricien.
Ni siquiera me contestas
Cuando saludo dulcemente.
Para ti no existo.
¿Y tu que sabes?
¿Qué sabes lo que se siente?
Renuncio ya a seguir
Llamando tu atención.
Quédate allí, donde estás
Con tus gasas y muselina,
Con tu renovado vestuario,
Quédate allí, bajo las luces
Frío, maniquí de vitrina.

Inventario

A ver, son las dieciocho horas,
Treinta minutos, siete segundos.
Seamos precisos, debemos serlo
Porque en todo inventario
Se debe ser minucioso,
No olvidarse de nada.
Tengo:
Frente a mi el teléfono,
Negro e inhalambrico,
Valor: mucho,
Hoy por él hablé contigo.
El cenicero amarillo papal,
Con dos puchos apagados
Y un cúmulo de cenizas,
Valor: mucho.
Me sirvió de soporte en la espera,
Cuando te aguardaba.
Un pocillo de café vacío
Corresponde al… no se
Digámos que al décimo café.
Valor: nada,
Me altera en tus ausencias
(el café, no el pocillo)
A mi derecha, todavía sobreviven
Dos atados de cigarrillos,
Uno consumido por la mitad
Tratando de acompañar mi tarde
Valor: nada
No llegaran a sobrevivir la noche.
A mi izquierda la agenda,
Mayo 2 martes 2006,
El resto de la hoja en blanco
(eso me pasa por pensarte)
Valor: mucho
En unos días se cotizará alto.
Debajo del telefono un libro,
Derecho Administrativo,
Ya leido, reojeado y subrayado
Valor: nada
Para este inventario nada,
No creo que seas administrable.
Un poco mas a la izquierda,
Dos portapapeles con prolijitos,
Cuadraditos de papel amarillo.
Valor: nada
No te llevarán ningún mensaje.
Al borde del escritorio, a la derecha,
Dos prolijas pilas de expedientes,
Todo el trabajo de hoy.
(hecho a escondidas mientras te soñaba)
valor: Mucho
disimula las horas que paso imaginándote.
Sobre el borde inferior del escritorio,
A la izquierda, el trabajo de mañana,
Que seguro no iniciaré hasta saber de ti.
Valor: nada
Mañana será otro día
en el que seguramente también,
habra: nada,
que me impida imaginarte
y habrá: mucho
que me haga extrañarte.

Voce

En un mundo de imaginaria presencia,
Un mensaje me trajo una ilusión intensa.
Ganándole horas al sueño y la vigilia,
Un día tras otro, casi anhelante
Supimos ir construyendo con palabras
Todas las esperanzas que el corazón guardaba
Ocultas en rutinas diarias y melancólicas ausencias
Mientras nuestras letras nos acercaban,
Uniéndonos en un extraño conjuro de amor
Ilusión y un acercamiento en la distancia,
Tomamos la costumbre de alegrarnos
O de solo sentirnos bien en la ilusión
De saber que cada día podíamos estar
En ese encuentro furtivo que dan las letras
Viendonos sin vernos, esperandonos
Ocupados en dejar correr el tiempo
Cada día, cada instante todo momento
En la espera furtiva del encuentro

Otra Historia

Quien serás?
Como serás?
Que serás?
Interrogantes.
Dudas, no saber.
Solo imaginar.
Frases cortas
No me dicen
Como sos.
Quien sos.
Que sos.
Y están allí,
Cada día.
Aún cuando
No estas.
Nada se de ti,
Solo que eres
Otra historia.

Ilustración: "Otra historia en el Recuerdo" - Eduardo Stein

Sentimientos

Silencio. Todo es silencio
En torno a mi cuerpo.
Un disco que no acaba,
La tos de mi hija en lo alto,
Las voces de Pablo que sobresaltado
Despierta de algún sueño.
Pero todo es silencio,
No están los ruidos de siempre,
Solo los ruidos de nunca.
Y en ese silencio distinto
Me vuelvo a encontrar como antes,
Pero tan diferente.
Con el sueño perdido
Recorro los días pasados
Hace ya mucho tiempo,
Tanto tiempo que los creía olvidados.
Pero están aquí,
Salvo las cucarachas de la vieja pensión,
El lápiz, la música y el papel,
Todo es igual.
La misma melancolía,
El mismo dolor en el pecho,
Las mismas ganas de escribir,
El mismo querer vivir esperando.
Y ha que seguir?
Si se que cuando salga el sol,
Todo lo escrito
Parecerá inútil.
Y lo es. Y lo es.
Mi viejo amigo silencio,
Cuantas noches juntos caminamos
Con tu mano oprimiendo mi alma,
Con tus lágrimas mojando mi vació.
Mí viejo amigo silencio,
Resiento que por mucho tiempo
Tendremos que andar como antes.
Solo que ahora ya no seremos dos,
Ahora nos harán compañía
Y eso no esta bien, no es correcto.
Por eso te voy a guardar
Para esas noches
En que quiera llorar,
Cuando los días se me hagan pesados,
Difíciles de llevar.
Cuando mi alma estalle en tus manos
Cuando no me miren sus ojos,
Tan solo allí nos veremos
Para en silencio llorar.

Agradeceré

Agradeceré haber nacido donde nací,
Agradeceré, haber vivido donde viví,
Agradeceré, haber sufrido lo que sufrí,
Agradeceré, haber tenido los hijos dados,
Agradeceré, haber podido amar como amé,
Agradeceré haber sido felizmente amado,

Agradeceré, que no me hayan amado,
Agradeceré que me hayan comprendido,
Agradeceré que me hayan omitido,
Agradeceré que me hayan perseguido,
Agradeceré que no me hayan alcanzado ,
Agradeceré que no me hayan cambiado,

Agradeceré toda la música sentida,
Agradeceré, todos los versos leídos,
Agradeceré todos los versos escritos,
Agradeceré todos los amaneceres vistos,
Agradeceré todos los anocheceres gozados
Agradeceré todo amor que me han hecho
Agradeceré todo cuerpo con que he gozado,

Agradeceré cada minuto que hemos compartido,
Agradeceré cada beso, todos, que nos hemos dado,
Agradeceré cada tiempo en que te he recordado,
Agradeceré cada ayuda a tiempo que me has dado,
Agradeceré cada caricia recibida, anhelada, buscada
Agradeceré cada vez que fui en silencio escuchado

Agradeceré porque fui acompañado, acompañándote
Agradeceré porque fui escuchado, escuchándote,
Agradeceré porque fui honrado, honrándote,
Agradeceré porque fui esperado, esperándote,
Agradeceré porque fui recibido, recibiéndote
Agradeceré porque fui alejado, y no te alejé,

Agradeceré a todos y a cada uno, y de a uno
Agradeceré a los que ya conozca y a los que no,
Agradeceré a todos los ayer, los hoy, los futuros,
Agradeceré a los que son vecinos y a los lejanos,
Agradeceré a los que hablan mi mismo idioma,
Agradeceré a quienes casi nunca me entienden,
Agradeceré a los felices inventores de la prosa,
Agradeceré a los que solo con rima se expresan,
Agradeceré a los mudos, los ciegos y los sordos,
Agradeceré a los sabios profundos y a los legos,
Agradeceré a los que ocultan y los que descubren,
Agradeceré a los que enseñan, a los que muestran,

Agradeceré, Agradeceré, Agradeceré y Agradeceré
Agradeceré, después de haberte tenido, Agradeceré
Agradeceré, no me queda más que hacerlo siempre,
Agradeceré, Agradeceré, Agradeceré, Agradeceré,
Agradeceré, por todo el tiempo esperado y temido,
Agradeceré, Agradeceré, Agradeceré, Agradeceré.

Hoy tuve un sueño

Soñé que te amaba,
Soñé que tú me amabas,
Soñé que juntos en un lecho
Ambos estábamos.
Abrí los ojos queriendo
Seguir soñando
Y encontré tu rostro,
Simplemente mirándome

Sentada, a mi costado

Sentada, a mi costado
La cabeza gacha, los ojos vacíos.
¿Dónde estará tu mente?
¿Quizás recordando
Esa vieja casona
Sobre la calle empedrada
Que te vio nacer niña?
¿O tal vez recordando
Esos ríos de lluvia
Que en la vereda se formaban,
Y que llevaban tus barcos,
Hechos de papel de diario,
Hacia destinos inciertos?
Esas manos que hoy juegan
Nerviosas con la punta
De ese ajado mantel de hule,
¿Están recordando la primer
Caricia que te dio ese niño,
A tus siete años,
Y que luego fue tu esposo
Por cuarenta más?
Esos dedos, hoy sarmientos,
Gracias a la artrosis y los años,
¿Volverán a sentir en sus yemas,
Los tallos de las rosas
Que cultivaste con cariño,
Allá, en tu casa del sur?
Tu espalda, hoy encorvada
En una permanente pose
De acunar un niño
¿Todavía tendrá sobre sus hombros
Los recuerdos de las mañanas
De domingo, cuando escuchando tangos,
Amasabas para el almuerzo familiar?
Sentada a mi costado,
La cabeza gacha, los ojos vacíos
¿Qué estarán mirando esas pupilas
Que el tiempo pobló de nubes?
¿A tus hijos correteando
Al salir de la escuela?
¿A tus nietos haciendo todo
Lo que a tus hijos prohibías?
¿O tal vez solo mantendrán el recuerdo
De los ojos verdes del que fue tu amor?
Y tus labios, hoy mudos, sellados
En una permanente mueca
Que semeja un eterno beso
Por tus encías vacías
¿Qué gustos estarán guardando?
¿Qué sabores mantendrán de tu pasado?
¿Cuál de todos los besos no dados
Se preparan para dar?
¿Cómo adivinar lo que sientes?
¿Cómo saber lo que piensas?
Si tú pobre mente se ha quedado en blanco,
Mientras tu corazón aun es fuerte,
Mientras tu cuerpo aun vive.
Como dejar de quererte, viéndote
Sentada a mi costado,
La cabeza gacha, los ojos vacíos,
Pesándote los años en esta vida
Sin vida, en esta demencia senil
Que te encierra, con la cabeza gacha
Los ojos vacíos, sentada a mi costado

Ilustración "Anciana Sentada" - J.C.Blasco Aguilar

La cruz de Campo Afuera

La somnolencia de la tarde otoñal y el sol sanjuanino se hacían mas presentes a través del vidrio de la ventanilla del Duna.
Eran mas o menos las cuatro de la tarde, habíamos salido de comer un asado en el camping de los empleados de comercio, el lechón engullido y seguramente el Sirah, tan sanjuanino él, ayudaban a que los ojos quisieran estar cerrados pese al traqueteo de los vencidos amortiguadores del auto.
Williams, nuestro chofer y Alejandra, nuestra anfitriona, se empecinaban en querer mostrarnos las bellezas que tiene la provincia, por lo menos en los alrededores de la capital, sin reparar, que nosotros ciertamente mas anhelábamos una buena siesta en ese momento.
Así vimos los barrios Soleares, tan disputados en esos momentos por problemas vecinales y luego, sin saber bien como, nos encontramos en la ruta camino a Chimbas.
Esta ciudad es una de las de mayor crecimiento poblacional en la provincia y donde realmente se están haciendo esfuerzos para paliar el déficit habitacional que sufren.
Así vimos, como la barriada denominada Costa Canal, había pasado a ser, de la villa miseria que viera meses atrás, un modesto barrio obrero que no por eso dejaba de bordear el caudaloso canal que lleva agua a los viñedos y a los olivares.
Lo curioso de esta barriada es que posee una sola calle, que por supuesto no tiene mano ni contramano o que las posee a ambas según el destino que uno quiera darle, ya que tiene entrada pero no tiene salida.
Cuando el vehículo estaba a mitad de la susodicha calle, Williams, el chofer autóctono, pero con nombre importado, nos explicó que esa barriada es la que tiene el mayor índice de delincuencia de toda la provincia.
Con el Duna cruzado en la angosta calle nos decía que allí todos los días hay un homicidio y que no es raro que la víctima termine tirada en el canal y encontrada kilómetros mas abajo varios días después.
La tranquilidad volvió apropiarse de nosotros, una vez que el automotor retomo su impulso enfilando hacia la entrada-salida de la barriada.
Nuevamente en la ruta, nuestros amables guías enfilaron para Albardón, seguramente fue en ese instante en que, digestión mediante, me adormilé apenas salidos de Chimbas.-
Cuando volví a abrir los ojos, el auto circulaba a mediana velocidad sobre una línea negra que dividía en dos un monocorde terreno gris que se extendía varias leguas a ambos lados, hacia el oeste hasta las estibaciones de la pre cordillera, hacia el este hasta la línea que une el cielo con la tierra, que los que saben llaman horizonte.
Fuera del camino asfaltado solo había piedras, un interminable pedregal que parecía haber contagiado su grisáceo tono al cielo de esa media tarde templada de otoño.
Pero si bien lo árido del terreno llamó mi atención, al punto de imaginarme una pizarra tendida horizontalmente y como si sobre ella una invisible mano hubiera cruzado con una tiza una interminable línea recta, negra e infinita, lo que mas me llamó la atención fue encontrar, en el medio de esa nada gris dividida por la línea negra una inmensa cruz que bordeaba otra mas pequeña.
Pregunté por su sentido, y entonces me contaron.
La ruta que estábamos transitando conduce hacia el cerro Villicum, y con el nombre disputaron William, nuestro chofer y Alejandra, nuestra anfitriona, puesto que en la lengua huarpe la letra m no existe, por lo que el verdadero nombre del cerro es Villicun, según Ale, y según el conductor la m fue agregada como parte del exorcismo.
Dicho cerro, según la tradición huarpe, que vienen a ser los hombres originarios de esas tierras antes de la llegada de los extranjeros (españoles , italianos, portugueses o lo que sea), según esa tradición decía Alejandra, el Villicun o Villicum es el lugar en que se reúnen todas las brujas de la región, y por supuesto que para poder reunirse tienen que transitar, vaya uno a saber como, por esta zona.-
El caso es que esta tradición ha sobrevivido al tiempo y a la pretendida evangelización cristiana como una herencia de los huarpe, que por supuesto han pasado a mejor vida.-
Unos kilómetros mas delante de donde estábamos, el intendente de Albardon decidió levantar una barriada de unas cuarenta o cincuenta casas, a las que, de puro lambebotas le puso el nombre del presidente de turno, al que por supuesto invitó al acto de inauguración de las casas.
El día que iban a entregar las llaves de las casas a los afortunados que las tendrían que habitar, el ingenioso intendente movilizó cielo y tierra para quedar bien con su invitado, el presidente de la Nación, así que el acto fue una verdadera pinturita, todos aplaudían, todos daban vivas, todos agradecían.
Pero cuando terminó el acto, también todos se fueron, nadie fue a ocupar la casa que le había correspondido, es mas, nos contaban nuestros amigos, hasta parecía que todos estaban apurados por irse del lugar, intendente incluido.
Esto asombró al Presidente, que intrigado, preguntó porque nadie se quedaba a ocupar la casa que le había tocado en suerte habitar.
Al principio ninguno quiso dar una respuesta, hasta que una vieja ya octogenaria, le dijo que eran las siete de la tarde y que esa es la hora en que comienzan a llegar al Villicum sus moradoras, las brujas.-
El Presidente sonrió ante tamaña creencia, a todas luces producto de la fantasía, pareciéndole imposible que por tal tontería, la gente se negara a tener una vivienda que el propio gobierno le regalaba.
Entonces la viejita, le explicó que el lugar donde estaban, en algún momento de los tiempos pasados, fue un fértil valle, poblado de vides y de olivos que cultivaban sus habitantes con las aguas que bajaban del Villicum.
Que el cacique, tenía un hijo que era por demás hermoso y que lo tenía destinado a desposarlo con la hija de otro cacique de una comarca vecina, para así poder aumentar el poder de su tribu.-
Pero que el muchacho no tenía intenciones de andar esperando que se apareciera una desconocida para conocer los placeres de la vida, así que, aprovechándose de su belleza se dedicaba a enamorar a cuanta indiecita de su tribu estuviera a su alcance.
Un día, encontró una hermosa muchacha de piel cobriza caminando hacia el Villiculm, y decidió poseerla.
Como la muchacha no respondía a sus requiebros de buena voluntad, el hijo del cacique decidió usar la fuerza, pero en el momento en que intentaba hacerlo, la muchacha mostró su verdadera identidad, era una de las brujas del Villicun, y en castigo se llevó al muchacho hasta la cima del cerro para esclavizarlo de por vida.
Desde ese entonces, cada atardecer, las brujas que van camino al Villicun, cada vez que encuentran a un hombre en su trayecto, se lo llevan al cerro y lo esclavizan, por eso nadie quería quedarse a vivir en la nueva barriada.-
Y también por eso, el obispo de San Juan, tan creyente él y con tanta fe, hizo montar una cruz un kilómetro antes del nuevo barrio, para ahuyentar a las brujas y que la gente pudiera vivir en sus casas.-
Media hora mas tarde, llegamos a la barriada, cuarenta o cincuenta casas iguales, distinguiéndose por grupos según los colores con que habían pintado sus cenefas y sus aberturas: celestes, rosadas, rojas, violetas, blancas.
Resultaba pintoresco ver esas construcciones en medio del gris pedregal… y resulta mas curioso ver que no había un solo hombre, ni un niño, ni un joven, solo mujeres viviendo en Campo Afuera, a un kilómetro de la cruz, cerca del Villicum.-

De Gonzalez Catan

Al mundo lo rueda
En dos ruedas viejas
Que alguna vez fueron
De bicicleta.
Caminando lo pedalea.
Como pedalea el hambre
En González Catán.
Las chapas de su casilla
Se protegen del frío
Con los cartones
Que todos los días
Sale a buscar.
Tiene la frente cruzada
Por la cincha que cincha
Para al centro llegar.
Por viejo y por flaco,
Se le murió su matungo,
Mostrando un destino
Que lo espera al final.
Diez pasos diez metros,
Contados de a uno,
Todos los kilómetros
Que lo separan
De González Catan.
Cuando sale vacía
La bolsa de lona,
Le pesa en la panza
De los hijos que quedan
En el barrio San Sebastián.
Los callos en sus manos
Casi ni se notan,
Juntando cartones
Que al carro van a dar.
La lluvia le llueve
El pelo enrulado,
Y sonríe el Negro Julián,
Hoy se baña en el centro
No en Gonzáles Catan.
La luz lo ilumina,
En Corrientes y Sáez Peña,
Le titilan carteles,
Y se imagina las tetas
De la rubia vedette
Que le sonríe entre letras.
Sentado en la calle,
Fumando callado,
Con vino tinto,
Se apaga la sed.
Mientras va imaginando,
Mirando a su carro,
Cuanto fideo puede comprar
Con tanto cartón,
Juntado en el centro,
Allá en su barrio
San Sebastián,
Casi, casi en el centro
De González Catan.

Poemas breves V

La paz se consigue con la guerra,
Hemos conseguido la paz… de los sepulcros.
(Los muertos que vos matáis)

Poemas breves IV

Una y diez.
Entre firmas, risas, gritos
Llegue hasta aquí.
Una y diez,
Una y veinte,
Una y siempre,
Siempre y una,
Siempre y siempre,
Siempre…
No hay alternativa.
El amor se durmió en el lecho,
Luego de doce horas
De geografía e historia,
Luego de doce horas
De moral y de presos,
De romano y de sueños,
De cigarrillos y humo,
Sueños de humo,
Sueños… solo sueños.
El placer, tu sexo,
Mi hambre,
Son solo una
Y diez, ya casi y quince.
Una y quince, quince y una,
O tal vez ninguna. O nunca.
O tal vez siete y treinta,
Despertador, colegio,
Geografía, presos,
Moral, historia,
Romano,
Quince y una,
Una y quince, o tal vez
Ninguna.

Ilustración: "Entre humo" - El Ungido

Poemas breves III

La busco, la he perdido
A la ilusión
De ser otra vez aquel
Que temblaba en un beso,
Que te buscaba
Entre los pinos,
En la puta rutina
De todos los días,
En el pozo negro
En que nos hemos hundido.
Que fue de aquella muchacha
De zapatillas, ojos verdes,
Que fue de aquel tiempo
De sudor, anhelo y besos.
Ya no mas una canción desesperada,
Ni veinte poemas
Ni un te quiero
A Vicario robado.
Ya no más.
Y esa lluvia
Que golpeaba el piso
Sin mojar a nadie.
Y esas calles pisadas,
Repisadas, solas.
De alcohol muerta el alma.
Chau, viejo tonto, chau.
Ni un poema ni una rosa.
Solo un rutinario escribiente
De oficina.
Si jefe. No señor, si flaco
Si, flaco si…
Solo eso, eso solo
O no?

Poemas breves II

III

Cuando en la noche despiertes,
Buscando quien te nombra,
O cuando acaso en las sombras
De tu corazón solitario
Quieras acoger a un amigo,
Entonces allí… te encontrarás conmigo.

Poemas breves I

II

Que carajo esperar,
O que mierda buscar,
Entre tanto miedo
A perderlo todo,
A no dejar nada
Renunciar a un mañana
De sol y sin nubes,
Para aguantar todavía
La cruz de todo el día.
Siempre amargo penar
¡La puta con la vida!
Con los sueños arrancados,
Con las esperanzas dormidas,
Con las ideas engañadas,
Con los hijos abortados.

Para que quedarnos parados
Viendo pasar la muerte,
Muriéndonos inertes,
Llorar, reír, moverse,
Verte, vernos, quererse.

La puta con la vida!!
Al carajo con esperar,
No se que mierda buscar,
No se que mierda querer.
Si se que no hacer.

Poemas breves

Solo en la noche puedo ver
Cuando la distancia me acerca,
Y sin embargo en cada noche
No estas nunca vos.

Tiempo perfecto

Ocho horas para dormir,
Ocho horas para trabajar,
Ocho horas para disfrutar,
Veinticuatro horas,
Para poderte amarte.

Carta a la Ilusion

Soñada Ilusión:
Sé que no es el nombre apropiado para mencionarte, pues conociendo el tuyo, cualquier otro que lo reemplace no hace mas que acentuar la ansiedad de pronunciarlo, pero aquí en este, nuestro secreto compartido, no puedo mas que sentir que tu nombre me acaricia, pero llamarte Ilusión.-
Y es que nombrándote así, pongo en ello algo de lo que cada día me atrapa mas, me sumerge en un mundo de sueños en el que tu presencia se va tornando cada vez mas palpable.-
Ese vivir pensándote, imaginándote junto a mí, hace que los días se acorten y las horas no pasen tan lentas, en esta espera con que me cosquilleaste a prometer que un día, que hoy me parece inalcanzable y lejano, estaríamos juntos.
Tal vez para ti haya sido una promesa realizada sin pensar, quizás con la sola intención de aquietar mis ansiedades fijando en algún punto del tiempo la posibilidad de nuestro encuentro, pero ello ha despertado en mis sentimientos loca intenciones de acelerar las agujas del reloj para que el tiempo no sea mas que una brevedad.-
Una brevedad!!!, como si yo, pobre y simple humano pudiera acercar meridianos, saltear estaciones, acelerar al sol, menguar distancias en pos de lograr posar mis yemas en tu rostro.
Ilusión, solo eso eres hoy para mi, atenazante Ilusión que reemplaza tu nombre al pronunciarlo y da miles de rostro a tu esperado rostro.
Ilusión, alimento que fatiga el ayuno de mis días sin vos, y que cansa mi cuerpo en una espera inacabable, pero que como el frío del invierno contiene en si la promesa de una mas cálida primavera.-
Ilusión, ¿necesario es decirte cuanto necesito conocerte? Escuchar tu voz junto a mi, sentir tu aliento acariciando mi rostro?
Haz que el tiempo se transforme en mensaje que me anuncien tu arribo, haz que ese mañana prometido sea hoy, sea ya….
Haz que tu nombre, Ilusión, sea el que mis dedos escriban en tu espalda y mi ansiedad se calme en tu regazo.
Quien te espera viviendo de ti… Ilusión
S.

Historia robada XV

XVII
Una mano en su hombro lo sacó de sus pensamientos, levantó la vista y giró la cabeza, entonces la vio.
Treinta y cinco años después volvió a verla, su mano temblaba sobre la mesa…. Los mismos ojos, la misma sonrisa, los mismos dientes blancos con los que él tantas veces soñara.
Se levantó y le dio un beso en la mejilla, sintiendo en su cuerpo como el abrazo con que lo recibía se tornaba cálido.
“Siempre tan serio vos Omar” fue lo primero que le dijo.
La invitó a sentarse y no pudo evitar que sus ojos la miraran como siempre la había mirado
“No estaba serio… estaba pensando, contame… que fue de tu vida todos estos años…”
“Uy!!! Un montón de cosas… me recibí de médica.. soy pediatra… me casé, tengo cuatro hijos… dos nietos…. Soy feliz…, y vos… que hiciste vos?”
“Algunas ventajas te llevo, también terminé de estudiar en Rosario, después me fui al sur a trabajar, me case… tuve dos hijos… me separé… me volví a casar… tuve otros dos hijos... vivo…”
El mozo trajo dos café y los dejó sobre la mesa, él tomó un sobre de azúcar, lo abrió y le preguntó “¿Cuántos le pones… uno o dos… o tomas sacarina?”
“Dos, dijo ella, en que estabas pensando tan serio?”
El la miró nuevamente a los ojos… “En todo el tiempo que estuve enamorado de vos y no te lo dije… en eso pensaba… treinta y ocho años enamorado y nunca te dije nada… mirá vos”
Ella se puso un instante seria, después sonrió… “Es un halago… realmente es un halago… pero te acordaste un poco tarde no?”
El sonrió, “si… pero mas vale tarde que nunca… recién, mientras te esperaba estaba imaginando como hubiera podido ser el momento en que te lo hubiera dicho… no ahora, sino antes, tal vez cuando estudiabamos en Rosario… quizás la noche del circo… que fue la unica vez que nos vimos”
“Cierto¸ acotó ella, nos vimos una sola vez en Rosario… yo no sabía que vos estabas allí… creí que estabas en Buenos Aires… no se… que esas vez estabas allí visitando parientes.. no se… después no supe nada de vos… mirá en cuanto tiempo… desde el sesenta y nueve..”
Mientras decía esto, apoyó su mano sobre la de él, lo miraba con ternura… como él había imaginado que lo miraba la noche que había estado imaginando.
Hablaron un largo rato, repasando cada uno de los momentos de sus vidas, recordando anécdotas del colegio secundario, única etapa que compartieran juntos, allá en Comodoro, se contaron de sus éxitos y de sus fracasos, de sus planes y sus proyectos.
Dos horas después se dieron cuenta que era tarde, decidieron irse, mientras él llamaba al mozo para pagar la cuenta, ella abrió su cartera y sacó un viejo cuaderno estudiantil.
“Mirá, vine mas que nada para mostrarte esto… es mi diario de secundaria… toma… lee lo que dice acá… eso… donde está recuadrado con lapicera”
El se puso los lentes y leyó: “Noviembre 1966 … me hablo y se me declaró… que tengo que decirle… me dijo que no quería ser mi amigo… que eso no le bastaba…. Tengo la respuesta? …. Si, la tengo… es SI….”
“Viste, dijo ella, si me hubieras preguntado te hubiera contestado que si… yo también estaba enamorado de vos.. pero no lo hiciste Omar… no lo hiciste… y ahora es tarde”
“Es tarde? Interrogó él, alguna vez es tarde para el amor?
Afuera los esperaba la noche, una garúa fría mojaba Buenos Aires, unos instantes después, una pareja abrazada cruzaba la calle Callao, en algún lugar Bersuit Vergarabat cantaba Caramelito.-

Historia robada XIV

Antes de que pudiera procesar... sus pensamientos... embriagada por esa proximidad, por esas caricias... deseando detenerse así.. para siempre... sintiendo que realmente "se le movía el piso"... con la hojita aferrada en el cuenco de su mano... solo atino a abrazarlo... a hundir la cara en su pecho... para salvar su boca del enervante contacto de sus dedos... escondió su rubor... su temblor... en ese pecho... en esa altura que seguía intimidándola, pero era también un reparo... y se escucho decir...susurrar...
“La verdad...te voy a decir siempre la verdad... sabes? y solo espero que hagas lo mismo... solo no me mientas... no nos disfracemos, no nos halaguemos, no nos digamos mentiras piadosas, no nos ocultemos lo que somos... lo que pensamos .. seamos distintos... seamos como de verdad somos...”
Se quedo callada... el seguía acariciando su pelo... tomado de su mano... se separo... y lo condujo sin soltarlo hasta el umbral de una casa... se sentó y el la siguió...
“caminamos mucho... “
El paso su brazo por los hombros... ella reclino la cabeza sobre él... el tiempo detenido... la noche quieta... se oían respirar... los ojos cerrados... las caricias...
“Si me gustabas en tercero... y en quinto... y ahora... pero te tenia miedo... aun te temo... un poco... siempre te creí un mujeriego.. sabes..”. alzo sus ojos... y ante la mirada de reproche y negación, de él... sonrió... y todo el pudor del mundo.. coloreo sus mejillas... “no me mires así.. es cierto... es lo que creía de vos... y me daba rabia que me gustaras.... que no te borrara solo por ese defecto... para mi.. defecto mortal...” volvió a esconder su rostro en el pecho... agobiada por su mirada...

Historia robada XIII

“Porque pensás que te voy a besar?... no… no te voy a besar… no te voy a besar hasta que vos me lo pidas… hasta que vos lo desees… yo quiero, si, quiero ahora y quise siempre besarte…siempre me atrajiste… me atrajo tu boca… pero no te voy a besar… no ahora… no hoy…
Solo quiero que dejes poner mi mano en tu pelo… eso no te molesta o si?
Acariciar tu pelo… tocar con mis dedos tu cara… eso quiero y eso voy a hacer… ves… así… seguir con mis dedos el arco de tus cejas… bajarlos por la nariz…rozarte apenas… eso me basta… así… poder tocar tus labios ya es suficiente… acá… en tus comisuras… dejar que mis dedos las sientan… las palpen… se lleven el roce de tu piel…
Le decía mientras lo iba haciendo, sintiéndola temblar, levemente, y sintiendo como su mirada aprobaba y desaprobaba al mismo tiempo, ella hizo un intento por detener su mano, pero el lo paró con la otra mano y entrelazando sus dedos con los de ella se la llevó a la espalda… estaban en el medio de la vereda, sus cuerpos no estaban juntos, él había dejado la suficiente distancia como para que no se intranquilizara…
“Que me ibas a mandar a decir por correo? Que soy un tarado? No me ibas a decir nada nuevo… si lo soy… lo soy por no haberte dicho esto antes… por no haber hecho esto antes… en la galería… te imaginas si lo hacía en la galería? A vos…? Justo a vos? si te hubiera agarrado así?... ya la veo a la Urraca gritando con los ojos abiertos antes de desmayarse…Omar… Ud. Omar haciendo esto… a la Srta.?... como puede?
Ella sonrió y con la sonrisa el pulgar de él rozó los dientes, nunca supo si fue accidental o si ella tuvo intención de hacerlo, pero la humedad de su lengua dejó una huella en su yema… la mano que estaba en la espalda la presionó atrayéndola hacia si… no mucho… sin que sus cuerpos se tocaran…
“Además no me iba a ningún lado…te dejaba la libertad de que eligieras que decir… que hacer…porque lo que elijas o lo que hagas lo tenés que hacer porque querés… porque tenés la libertad de elegir… no porque te presiono.. no porque estoy encima tuyo… eso hacía… también…porque un no me iba a doler menos estando mas lejos…me iba a sentir menos tarado de todo lo tarado que soy… pero no dijiste no… aunque tampoco me dijiste que si… solo me preguntaste como hacías si me querías decir que si.. Ves que sos complicada?... difícil…
En serio te gustaba en quinto?... porque nunca me lo dijiste? Nunca hiciste nada para que yo me diera cuenta… y eso que te miraba eh? No, no necesitas repetirlo…era tarado… y no me daba cuenta… te veía tan seria… tan formal…”
Se dio cuenta que la seguía sosteniendo con la mano en la espalda y que su otra mano seguía acariciando su rostro, ella no hizo ningún gesto como para detenerlo o desprenderse… se dejaba estar…
“Como vas a hacer para ponerme por escrito la respuesta…? Porque yo no te voy a soltar la mano… además seguro que lo vas a hacer con esa letra horrible que tienen los médicos y no te voy a entender nada… No, corazón… no te queda mas remedio que decirlo con esta boquita… con estos labios… y como soy tarado me lo vas a tener que decir clarito… y despacito…ah!! Estoy medio sordo esta noche…seguro que si decís no, no te voy a escuchar…”
Lo dijo sonriendo, su boca sonreía, pero con sus ojos le estaba mirando el alma, ella sostuvo su mirada, como antes… como en la galería, solo que ahora sus cuerpos estaban separados apenas por unos centímetros… podía casi escuchar el latido de su corazón y estaba seguro que ella sentía el de él, porque realmente se le estaba saliendo de tan fuerte que latía…
La miraba allí, tan cerca de él, sentía en su mano los dedos de ella, y en su antebrazo su espalda, el calor de su espalda… así, quieta sin moverse pero tampoco sin resistirse….
Pensó en esos rápidos recreos en que se quedaba mirándola y en el mucho tiempo que había perdido… en porque no se había atrevido a decírselo antes…y en como no se había dado cuenta que le gustaba… “Como me iba a dar cuenta, pensó, si era tan seria… ni siquiera me sonreía… además me sostenía la mirada, firme, como retándome, como desafiándome… si, era un duelo de miradas… y muchas veces ella lo había vencido… entonces él se ponía a mirar el mar… las olas rompiendo en la restinga… las manos sobre el radiador buscando algo a que aferrarse… y se puteaba en voz baja por su timidez… estaba seguro que ella disfrutaba de esos momentos… de su humillación… si, seguro que se daba cuenta de su humillación y lo disfrutaba….”
Entonces no volvía a mirarla en ese recreo, tal vez ni en el siguiente, ni en el otro… y hasta se prometía no volver a mirarla mas… “nunca mas, se decía…para que la voy a mirar… no solo no me da bolilla sino que hasta me debe tener bronca pensaba, todo por la boludez del cerro, en tercero…. Tan mal estuve?”
Pero pese a su voluntad de no mirarla, lo hacía de reojo, la observaba caminar de la puerta de su aula al radiador en el que siempre se paraba, si él salía antes o cuando ya estaba parada allí, si el salía después….
Pero al día siguiente o al otro volvía a poner sus ojos en ella, a mirarla, esta vez si desafiante, como antes, queriendo decirle cosas que no se atrevía a decirle…
Ahora era distinto, ahora ambos se sostenían la mirada, pero no había desafío, en ninguno de ellos, ahora ambas miradas estaban buscando todo lo que no se habían dicho y repasando todo lo que si se habían dicho… el por lo menos si… eso estaba haciendo, en segundos, en los pocos segundos en que la tuvo en sus brazos, acariciando su rostro…
Un sereno que hacía su ronda en bicicleta hizo sonar su silbato y eso lo sacó del momento en que estaba, nuevamente rozó su boca con sus dedos…
“Y… te vas a quedar callada? …que me va a decir esta boquita?”

Historia robada XII

Ella no se movió.... se había quedado, con la mano extendida, con su contacto con esa pequeña hoja, de que seria...tan leve, y con la amenaza.. se quedo en la amenaza de besarla, eso le daba vueltas, en el corazón... en el cerebro.. claro que quería que la bese, que la saque de ese momento... de ese vacio... “que hago ahora.. como le digo que si?” y al mismo tiempo, un desconcierto, la paralizaba...vio su gesto, se aleja.. “me dice eso y no espera...
no supone.. que si...no ve, lo que me pasa como si prefiriera un no....” una avalancha de recuerdos, giraban vertiginosos, en esas fracciones de tiempo...
aquel si, que se le quedo en el corazón en tercero, sus miradas, la insistencia de Mariela "el esta enamorado de vos... es tímido".. “le van a dar el premio al disimulo, ni yo me entero...” esa tensión de su proximidad, seria así?
Ese tonto hombre había estado ahí, a su alrededor con sentimientos iguales a los suyos? y ahora?.. no había previsto eso... ella, también, había preferido siempre creer que no? como el? la sensación de unidad, de ser dos tontos, iguales de tontos... con la misma matriz de pensamiento... de error, la enterneció
“Sin conocerlo, lo conozco?” una oleada de afecto, de ternura, la alentó, que querible, era así, con su vergüenza, con sus miedos, con sus poesías con su timidez, y a la vez, que temible con ese halo de masculinidad, esa firmeza para no querer ser su amigo... esa sensualidad, en la amenaza de besarla.
Siempre temió esa atracción, esa perturbación física, y ahora estaba ahí... un corazón tierno, pero apasionado, en su mano... sintió que le dejaba todo, en sus manos... pero ella tenia a su "toro" desatado, ya no podía retroceder... arremetió... ciega de dudas, pero irreversible..
“Adonde vas? me decís esto y te vas.. como la otra vez?
y si quiero decirte que si? te lo mando por correo? como se te contesta a vos que si? venís dentro de dos años y me lo repetís?” lo azuzo...
”te guardo esta hojita en un libro, hasta que se seque? y ya ni me acuerde de que era? ahora me venís a decir... que yo te gustaba en quinto, después de hacerme morir por vos sin darme ni la hora? peor! mirándome como un parado, todo el día, y después... nada, ni hablarme? tengo que ponerte por escrito, que…” se corto, vio todo el movimiento de su cuerpo hacia ella,
y echándose hacia atrás, se defendió... “y no se te ocurra que me vas a besar.. así, por nada, y menos para que me calle, no me importa un pito que los novios se den besos, ni lo que hace nadie... a mi no me vas a besar hasta que... no se.. hasta que este segura... y...” no podía seguir, el suspenso dejo la frase a medias...ya esta... lo había hecho. dicho... largado afuera como el...
estaba roja, y se sentía... alzada en furia? no, no era furia, era una emoción nueva... desconocida... inédita...