En el adormecido crepúsculo de mi tiempo,
en horas de espera, sin búsqueda alguna,
vuelvo a encontrar el viento ya dejado,
corriendo por mi frente, secando mi boca.
En el quieto remanso de mis horas largas,
pasados ya estos lustros vividos y gozados,
vuelve la sal de mar, a secarme el rostro
vuelve a envolverme lento, el frío del sur.
En la somnolencia del cuerpo viejo, gastado
Cuando mis manos de otros los sueños tejen,
Desperté un mediodía encontrándote a mi lado,
Viejo recuerdo olvidado, antiguo sueño sentido.
En los tiempos de la meditación y la quietud,
Cuando se comienza a recoger lo sembrado,
Cuando el palpitar agitado es solo recuerdo,
Alegre, el corazón nuevamente se me encrespa.
en horas de espera, sin búsqueda alguna,
vuelvo a encontrar el viento ya dejado,
corriendo por mi frente, secando mi boca.
En el quieto remanso de mis horas largas,
pasados ya estos lustros vividos y gozados,
vuelve la sal de mar, a secarme el rostro
vuelve a envolverme lento, el frío del sur.
En la somnolencia del cuerpo viejo, gastado
Cuando mis manos de otros los sueños tejen,
Desperté un mediodía encontrándote a mi lado,
Viejo recuerdo olvidado, antiguo sueño sentido.
En los tiempos de la meditación y la quietud,
Cuando se comienza a recoger lo sembrado,
Cuando el palpitar agitado es solo recuerdo,
Alegre, el corazón nuevamente se me encrespa.
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