martes, 6 de enero de 2009

El que no está solo

                          Me duelen las noches en mi pecho
Y en mis mejillas asoma el rocío
Tendió sus amarillas manos el otoño
Y sigue mi casa vacía
Afuera es nieve, frió. No hay calor
Tú estas ausente, que lejos estoy yo
Lejos de tantas cosas y tan cerca
De la nada que me atrapa
Con sus frágiles blancas manos.
Y sin embargo, no estoy solo,
Pese a todo lo que siento, todo lo que quiero.
Medio siglo de recuerdos, mucho más por recordar
Tantos cafés no tomados, tantas bocas no besadas
Tanta vida por vivir. Tanta vida por vivir

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