martes, 6 de enero de 2009

Dolor

Es este desarraigo
Llamado País, el que me duele.
En la camisa de la piel,
En el traje de la indiferencia.
Dolor de horas nomás,
De ayer, de ahicito, de aquí nomás,
Que sube por las piernas
De sus provincias pobres,
Y se aloja en el Pecho
de sus villa miserias ricas.
En el hombre de hoy, de todavía,
De vino, de mugre, de sudor.

Es este desarraigo
Llamado País, el que me duele
En los bolsillos de sueldo que no alcanza,
En los pies, de la muerte que acecha,
Allí, en la tucura de Santiago,
En la tuberculosis del Sur,
En el rastrojo del campo,
Y lo siento en las manos
Del hachero del Norte,
Del chino en la viña,
Del surco, amargo de caña.

Es este desarraigo
Llamado País el que me duele.
Y la cabeza me estalla en el dolor,
Transitado, apurado, ciego,
De esa capital que perdió
sus Buenos Aires
En el smog de un puerto cadáver
Parado sobre sus viejas sucias aguas.

Es este País, llamado desarraigo
El que no encaja, en el dolor
De tantos ojos, manos, bocas,
Orejas, sesos, cojones, piernas,
Madres, hijos, tías, primas, amigos,
Conocidos, putas, transitados hombres,
Que tiene la piel de camisa
Y la indiferencia de traje…
Y el País… de desarraigo

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