martes, 6 de enero de 2009

Cincuenta y tres años

Hoy, solo, en un cuarto de dos por cuatro,
Acabo de recordar que ya hace tres años
Pase los primeros cincuenta de mi vida.
Me acompañaron en el solitario festejo,
Como lúgubres lloronas tistes y repetidas,
Lágrimas que buscaban lo perdido
Sin llegar a encontrar lo que buscaba.
Cincuenta y tres años de nada brindaron,
En las vacías cuencas de mis manos,
Un amor casi arrojado a los tiempos,
Una esperanza ilusamente cobijada
Que esa misma tarde u otra cualquiera
Rozo mi cuerpo con su cuerpo desnudo,
En otra cama, distinta a la que me guardaba.
Cincuenta y tres años de festejos acallados,
En las apagadas luces de ese viejo cuarto,
Vinieron a saludarme lentos y atropellados,
A bailotear su triste ritmo de dos por cuatro
Entre las frías sábanas de este frío lunes.
Esos fueron mis festejantes compañeros,
La noche del diecinueve de julio del dos mil cuatro
El día en que llegaron inexorables a mi vida
Todos estos cincuenta y tres años que me tienen.

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