martes, 6 de enero de 2009

Mis penas son eternas

                                          Mis penas son eternas
Porque guardan encerradas
Las hondas nostalgias del dolor,
De tantas noches caminadas,
De un montón de calles lloradas.
Mis penas guardan el vino,
De esas noches en que el dolor,
Como un abrazo del viejo amigo
Cubría el pecho y la espalda,
Sin dejar escapar al corazón.
Y sin embargo y pese a todo,
Mis penas se me escapan
Tras los pasos indiferentes
De la muchacha que pasa
Cada mañana frente a mi casa.
Y corren veloces tras unos ojos
Que en la calle he visto algunas veces.
Mis penas son muy raras,
Solo me acosan en las noches,
Cuando el vino es dulce compañía
Y tu ausencia un perfume que yo siento.
Cuando mis hijos son necesidad
De una caricia sin interés,
De un beso sin reproches.
Cuando la luna es el recuerdo,
Y la incesante angustia
De buscar en cada amanecer
Un amor definitivo.
Mis penas son tan mías
Y sin embargo son ajenas,
Me tienen sin pertenecerme
Porque me las han dado otros.
Mes penas son el canto del amor
Que se me escapa
Y que no se retener,
Y son la necesidad
Del dinero que no tengo,
Y son tus besos cuando marchas
Y son sus manos que me toan
Y sus ojos que me miran
Cuando no se a que mirar.
Y con mis penas yo vivo,
Y sin ellas no estaría, no sería.
No me quiten a mis penas,
Ni a los recuerdos que las traen.
No me quiten al amor
Que mis penas esconden.
No me quiten a las noches,
Ni a la luna ni al vino.
Ni a mis libros ni a mis versos.
No que me quiten lo que es mío.
No me quiten lo eterno
Que en mi vive de mis penas.
Ni a la ilusión de alguna vez tenerla
Ni el sueño de tenerte hoy.
No me quiten lo que tengo
Que mis penas son eternas

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