miércoles, 17 de abril de 2019

Sin saberlo


La primera vez viniste de lejos.
Me gustó encontrarte vagabunda,
saboreando la sal de la tarde,
mitad flor acuática, mitad viento,
compartiendo tu tiempo desnudando
caricias ajenas, bebiendo vino frío,
y ahuyentando silencios vagabundos.
Sin haberte ido de mis labios secos
regresaste a mi cuerpo al mediodía,
como frutas vacilantes nuestras pieles
enredaron los cuerpos bajo el sol.
Por momentos habitamos la ternura,
despidiendo el motor de la rutina.
Después comenzó un amor, húmedo,
creciendo vegetalmente forastero.
Quedamos enredados de par en par
ahogando las fronteras de lo tuyo y lo mío.
Fuimos agua y pan, polvo del tiempo,
rasgada huella dejada en la arena.
Sin saberlo quedaste aquí al partir.

2 comentarios:

  1. Bello, sencillamente hermoso. Palabra tras palabra, deja un sabor a polvo del tiempo desgranado en huellas de cemento y tierra mojada. Para releer más de una vez.
    Feliz Semana.

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  2. Ráfaga viviente que se abraza a la escarcha de un invierno sin tiempo.
    Magistrales letras esculpiendo un amor.
    Saludos Sergio

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