domingo, 7 de abril de 2019

Fantasía

Breve el balanceo de tus hombros,
gemelas en vaivén sobre tu pecho,
a diestra y siniestra tu cintura.
Allí comienza lo que no termina
sino hasta tus andantes tobillos.
Camino tras de ti, tras el péndulo
que deja tu aroma en el asfalto.
Sigo los compases de tu agitación
hilvanado a ese talle y su contoneo.
Podría intentar abrazarte, si acortara
los pocos y lascivos pasos que te alejan.
Sería en vano, un templo de distancia
te guarda, perfecta, entre sus muros.
Así te alejas, con secretas fragancias,
dejándome en el rincón donde rechina
el remolino impuro de mi fantasía.



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