viernes, 23 de diciembre de 2011

Batalla naval


Algunas noches, quisiera evaporarme
en las ausencias de tus laberintos.
Ser un intruso disponible para tus ojos,
una censura dando vueltas tú despertar.
El mínimo más importante de tu realidad.
Solo a veces. Algún que otro día por la noche,
cuando siento que tengo mucho de nada,
mientras en tardanza caprichosa, rozo tu piel
con la alegría quebradiza de un tango,
jugando a la batalla naval con tus lunares.
Entonces me siento desertor de entelequias,
recuperado navegante de tu cuerpo,
capaz de tocar la luna esperando un sueño.
Allí, transito breves pasos dentro de mi,
reptando hacia la ventana de tu jardín.

1 comentario:

  1. ¡¡ Fantástico!! Que clase tienes. Que bien escribes. Feliz navidad. Un abrazo.

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