La realidad de la tarde
se consume lentamente
en melodías de fuego.
Un gato duerme porfías
a la sombra de una flor.
Enero, cautivo del sol.
se doblega infecundo
incumpliendo sueños.
Pequeñas intimidades
que el delirio del calor
abrasa sin alguna lógica
en el retroceso del día.
Nunca se sabe, compañero. Enero aún no ha terminado, quizás se te revele con uno de esos sueños o metas para este año.
ResponderEliminarTodo puede ser. Espero nos traigas una prosa poética tan mágica como ésta inspirada en esos sueños.
Un abrazo.
Me encanta como escribes, he leído varios poemas tuyos publicados en este blog y voy a leer los que me quedan.
ResponderEliminarUn abrazo desde el otro hemisferio, donde enero es cautivo de frío y lluvia ;)
Parece que no fuera invierno.
ResponderEliminar