sábado, 4 de mayo de 2019

Sin preguntar

En medio de la noche, en silencio,
el amor destila gotas de imposible
y salvaje encanto. En ese momento,
 ansiosa, febril y mundana, aparece
la luna llena de tu cuerpo con notas
de deseo y de abandono. Melódica
fantasía que en un vaporoso vacío
danza al ritmo estremecido de tu piel.
En tus ojos el destello tibio del rocío,
en tu espalda, el estío vierte su sabor,
sudor latiendo en el pulso de tu cuello.
Todo palpita en la penumbra inquieta,
presagio de ardor habita mi cuerpo.
Prisionero, sigo tu ritmo en el espejo,
y así, me dejo llevar sin preguntar.



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