Primeramente,
antes de amarnos,
veo tu
cuerpo, te toco, sigo tu mando.
Disfruto
el placer de lo absoluto
que me
aguarda y está por venir.
Te escucho
callar, conmovedora y bella.
Temblando
desaprovecho el aliento
que me
regala tu perfume y esencia
de
mujer. En esos instantes,
previos
al primer torrente del diluvio,
mortalmente
intolerables,
nada
nos separa.
Ilustración: "Nada nos separa" - Felipe Ortega Regalado
A veces la nada es todo. Bello escrito.
ResponderEliminar