Casi perdidas en la monotonía de la noche,
como una tormenta de pájaros, las ansias
se me anidan en el sombrero de la ausencia.
Insomne de luz y pensamientos queda la expectativa.
Ladrona del silencio, una voz rompe la nocturnidad
con una oración en fa a su estrella del rock.
En esta ciudad, y en todas, reina la hecatombe.
Aquí, en el borde de mi débil estereotipo,
elaboro un manual para mi intención de molestar.
Borrachas obstrucciones impiden la travesía.
Ajeno a la fuerza irreconciliable del rebaño
espero, en la distancia, un día en lo absoluto.
Como aquél, en que anduve sobre las olas del mar.
Pero esto… no se lo vayas a contar a ella,
porque todo es una reflexión sobre el olvido.
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