jueves, 4 de febrero de 2016

Desde toda la vida


Crucé la sombra de alguien que ha tiempo espero,
a contraluz, su perfil inundó de luces mi mirada.
Inmóvil en los puntos suspensivos de la sorpresa,
pretendí localizar la geografía de su cuerpo,
pero, crueles mis ojos, hallaron más fácil el encontrar
alfileres en la hierba que el atisbo de su presencia.
Apuñalado por la intriga, hurgué en la ausencia,
descifrando los garabatos reflejados en la calle.
Tras una puerta verde se escabullo la realidad perdida,
velándome la posibilidad de despejar la duda.
A pesar de todo, no me resigne a  adioses no dichos,
arranqué de mi cuerpo la recién germinada flor,
y caminando hacia el final, donde brilla el día
le encomendé, en el umbral de la verde puerta,
le recordara que la espero desde toda la vida.

1 comentario:

  1. Precioso poema que lo comparo con un laberinto verde de arbustos pequeños. Lo que todavía no logré encontrar, es la salida de ese laberinto.

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