Tu cuerpo, vasto y blanco, me regala
un vaho tibio de campo recién llovido.
Se me va entregando, inútil y ajeno,
como un aceite de silencio y condena.
Entre menta y sombra viaja tu nombre
como una nueva soledad para el deseo.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Me encantaron estas letras que en
ResponderEliminarsoledad le has dado brillo
como a tu imagen
Saludos desde Argentina
Bellas letras entre menta y sombra en el silencio de una lejana soledad.
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