sábado, 4 de septiembre de 2010

Que locura

De un tiempo


a esta parte

La autoría,

Anónima,

Prolífica.

Constante,

Que casi cada día

En mis manos

Aparece

Va dibujando en mi,

Imaginario cielo

Contornos poderosos

Que me apoderan.

La primera obra,

Por mi,

(poco esfuerzo)

Volvió a sus manos,

Destino incierto.

La seguna

Cosaco

o caminante

me consagró,

Y me dejó

el mensaje,

pesado cuerpo,

Habitando

por siempre.

Acreedor del sol,

de la palabra,

Me hizo la tercera

Por una nadería

Que mi voz grabó,

Inocente.

Atreviendose

con la noche,

La cuarta entrega,

Escudada

en mi risa

Me prometió

espacios,

Hundido en ella.

Cuando de mi mano

Los dedos

se colmaron

Al contar,

Supe que amasó

el porvenir

Y que ello….

Valía la pena

Ya mi cielo,

dibujado

De ilusiones

Palpables,

asibles

casi mi carne

viva…

Viviendo.

Pero no se detuvo

la autoría,

constante,

Prolífica,

anónima,

continúa,

incitando

desvelos

Con fuerza,

entrega diaria.

Y me muestra

pecador,

Deseoso

habitante

De sus calidos,

infiernos,

Mentiroso

ladron de alzafuegos.

Me promete

ser deshojado,

De que?

de mi timidez?

Y me premia

inmerecido,

Con un viaje

a lo profundo

de su ser.

Pero no todo

es premio

En sus entregas

Tambien tengo

el castigo

De ser

solo letras

Eso de mi piel

humedecida.

De sus lagrimas

sorpresas,

Y autor

de su vigila

Me confiesa

anonimamente

Pidiendome

sellar con besos

La locura.

¿qué locura?

¿qué locura?

¿La que despierta

en mi piel

Su piel,

en cada “buen día”?

¿La que arma

cada día,

Cada tarde,

cada noche

Mi mano

impedida de contar

Sus poros

mas profundos?

Sus caudales

mas fluyentes?

¿qué locura?

¿qué locura?

¿Esta que me tiene

en la tibieza

de los contornos

que se dibujan

en el cielo

de mi cuerpo

pensando

que es su cuerpo

el que me dibuja

entero?

No hay comentarios:

Publicar un comentario