Aromo las esquinas
con heno y gardenia.
De cacao amargo
endulzo mi boca.
De menta y jazmín
Perfumo mi cama.
Y sin embargo no puedo
Borrar la fragancia
que tu abandono
dejo en mi alma.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Sé semejante al antílope ó al cervatillo, sobre las montañas de los aromas. (Idem)
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