Tus dientes son los
de una raza
que no le pone armadura
al color cielo
no hay barreras ni
trabas que la frene.
Vos no tenes la culpa
de haber nacido
con dientes y hambre
de un poco,
aunque sea un poco de
Equidad.
Seguramente te
equivocaste.
Tu niñez de pies
descalzos,
tu dormitorio
hacinado,
tu necesidad, tu frío
y tu hambre,
matrizaron en vos la
necesidad
de darle un mordisco
a la vida
para que te devuelva
un mimo tibio.
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