A media mañana alguna amistad reirá
sólo para despertarme con sus jolgorios.
Un verde tenuísimo agrietara mis ojos,
el brazo tenso saldrá debajo de la almohada,
libre y promiscuo, tibio y cosquilleante,
con ganas de creer que la vida se agita
como una araña oscilante o una hiedra larga.
Ahora sé que nada queda lejos de mí.
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