miércoles, 3 de octubre de 2018

Impávidos anfitriones

Nocturnas voces tranquilizan el desorden,
calman el fragor de las olas susurrando
un rumor milenario, casquivano y porfiado.
Cae la lluvia y en la calle flotan palabras.
Empapa la lenta humedad los sentidos,
presencias sinuosas destemplan su ritmo
habitando, como impávidos anfitriones,
la indocumentada ave de la intranquilidad.
La luz se embarra de un beso de sombras,
el día es gris en su pausado aprendizaje.
Si algo hay capaz de conmover al mundo
en ese instante, es la sonrisa que me regalas.



1 comentario:

  1. Una tierna sonrisa conmueve y llena el alma de quien la recibe, porque en ella hay un tierno mensaje.

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