Despertó,
Como casi todos los días,
Antes que llegue el alba,
Como casi todos los días,
Sin dejar la cama
Como casi todos los días,
El primer cigarrillo encendió
Como casi todos los días,
Vagando, la ventana miró,
Como casi todos los días,
El humo de gris la penumbra bordó,
Como casi todos los días,
La mañana, tibia, por fin se filtró,
Como casi todos los días,
El cuerpo acostado a su lado, miró
Como casi todos los días,
Un día para volver a nacer, pensó
Como casi todos los días,
Lentamente se vistió,
Como casi todos los días,
Frente al espejo su cara miró,
Como casi todos los días,
Más años, pensó
Como casi todos los días,
En la calle la vereda del sol buscó,
Como casi todos los días,
La diaria rutina cumplió,
Como casi todos los días,
Encendiendo farolas regresó,
Como casi todos los días,
En silencio, solo, cenó
Como casi todos los días,
Un cielo sin lunas lo durmió,
Como casi todos los días,
Que era feliz soñó
Como casi todos los días,
Hasta que alba siguiente despertó.
Como casi todos los días,
Una rutina cantinela, llena de verdades que muchos debemos vivir diaria y nochemente
ResponderEliminarUn saludo farterno desde Colombia
Una rutina cadente, melancólica y una manera la tuya muy sosegada de contarla y sentirla.
ResponderEliminarMe gustó venir a tus "voces del cerro aislado", volveré.
Un abrazo.
Hola Seroma...
ResponderEliminarCon la cadencia de una letania,el repicar del martillo del enano Alberich(fabricando el magico anillo nibelungo) con el punzante sonido del reloj van pasando los días de nuestra existencia...
Para pensar, buen poema¡
Te saludo
Osvaldo
Te lo comenté en los cuentos, este escrito es notable, profundo y descarnado, me encanta lo que escribes, es por eso que vine a tu blog.
ResponderEliminarsaludos