domingo, 26 de agosto de 2012

Como golosinas

Las despedidas tienen,
como las golosinas,
esas raras sensaciones
de ser amargas y dulces.
Acidas, por ese final
De todo lo grato vivido.
Alguno de esos días,
de los más hermosos,
cuando en la tarde
cultive nuevas alegrías,
tal vez muchas  más
de lo que a diario hago,
extrañaré tantas noches
de piel suave y temblor,
o esas otras utopías
de dos en la siesta
a merced de la vida.
Rara cultura feriante,
que mantiene ausente
el arte del pensar.
Solo sentir y vivir,
hasta que llegue el tiempo
de eso, que ya sabíamos,
antes de la despedida.


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